Prótesis, un giro a la vida
Ojos, dentadura, brazos, manos y piernas perdidos, producto de una amputación o por agenesia, una anomalía de todo, o parte de un órgano al desarrollarse durante el crecimiento embrionario, son reemplazados a través extensiones artificiales, o prótesis, teniendo en cuenta la parte estética y su funcionalidad, con el fin de mejorar o completar la imagen corporal de una persona, y contribuir con su rehabilitación tanto física como psicológica.
Sustituyendo los ojos
Cuando se produce la pérdida del globo ocular, derivada de diversas causas, se plantean dos opciones: tapar el ojo, o colocar una prótesis ocular.
Aunque se pudiera pensar que la prótesis es esférica y normal como un ojo, éstas sólo cubren el detalle estético, y parte del volumen ocular, dejando lugar según el caso, a los tejidos conservados.
Las prótesis oculares, también conocidas como “ojos artificiales”, son cóncavas por la parte posterior, dependiendo del volumen de tejido en cuenca ocular (porción situada delante de la órbita); y en la anterior, de acuerdo con la calidad artística del ocularista, puede alcanzar niveles increíbles de perfección, imitando los colores y características del ojo normal.
Aunque existen prótesis ya fabricadas (stock), lo ideal es hacer un molde exacto de la cuenca del paciente para fabricarla a la medida, según se informó un Aflex, negocio dedicado a la venta de estos implementos, de esta manera proporciona mejor volumen y movilidad, y evita la formación de exudados (procesos inflamatorios), al no existir espacios libres entre la prótesis y el fondo ocular.
Otra ventaja de esta clase de prótesis es que se consigue centrado, color y caracterización casi exactos respecto al ojo sano.
En cuanto al material de fabricación, existen prótesis de vidrio, plásticas, y de silicona, pero de acuerdo con directivas europeas, en la actualidad, las mejores se fabrican de resinas de metil-metacrilato, debido a que presentan mayores ventajas en su peso y facilidad de modificación.
En cuanto a la forma existen básicamente dos tipos: dobles y cascarillas; las primeras tienen mayor espesor, aproximadamente de cinco a siete milímetros, o incluso más, mientras que las segundas tienen un espesor de 0.5 a 1.5.
Hay prótesis adaptadas empíricamente, es decir, que se fabrican en serie, por esta razón no siempre satisfacen las necesidades específicas de estética y comodidad del paciente, pudiendo generar problemas permanentes de salud (secreción) y deformaciones.
El ojo artificial ergonómico personalizado, es elaborado con las técnicas más modernas y sofisticadas del mercado global y consiguen resultados tan naturales que parecen tener vida, incluso, por su comodidad, los pacientes olvidan que la usan, permitiéndoles incorporarse en mejor forma a la sociedad.
Piezas dentales
En boca, es posible sustituir desde una pieza dental hasta un segmento completo (tres, cuatro, cinco, etc.), incluso, en algunos casos se puede aplicar una prótesis total, a través de la cual se restituye la dentadura completa.
Yolanda Jaramillo Valadez, cirujano dentista, explica que el mercado ofrece varios tipos de prótesis, y una de ellas son las “removibles”, fabricadas con ganchos metálicos y la estructura del diente con material de acrílico.
Unas son elaborada a base de acrílicos semiflexibles, llamadas Lucitone; un poco más modernas que aquellas de acrílicos duros, combinados con ganchos metálicos, que aunque con menos frecuencia, aún se siguen utilizando.
“Se puede sustituir desde una pieza, hasta tres de ambos lados, es decir, se realiza un reemplazo bilateral; cuando se trata de una sola posición, se le denomina unilateral.
Las prótesis “fijas” también llegan a suplir una pieza, dos, tres, seis, dependiendo de los segmentos que se manejen en boca; para su aplicación se toman en cuenta piezas como pilares o soportes.
El material más utilizado es la porcelana y pueden ser de dos tipos: metalporcelana, o libres de metal, completamente estéticas. Jaramillo Valadez comenta que estas prótesis, proporcionan estética y función en boca.
Se coloca una prótesis metálica cuando la pieza está muy destruida y es necesario poner un poste para proporcionarle soporte; otras veces, cuando llega el paciente con un poste metálico, no es recomendable aplicar una prótesis libre de metal, que es pura porcelana, porque se trasluce, lo ideal es meter una que contenga metalporcelana.
El diseño de estas prótesis se elabora a través de un sistema computarizado, muy avanzado, en el cual se toma el modelo, y se logra un bloque perfecto para colocarlo en boca.
Lo más nuevo, si el paciente presenta un problema, o anomalías en términos de formación de hueso, que no le permite soportar ningún tipo de prótesis removible, es el implante.
“Es lo último que se está manejando, incluso, es una de las especialidades en odontología, y generalmente lo llevan a cabo los rehabilitadores, o los periodoncistas”.
Los implantes van dentro de hueso y generalmente son metálicos, pero con aleaciones especiales; en este proceso se realiza una oseointegración, entre el material que se introduce en el hueso, y el tejido.
Según la odontóloga integral, la aplicación de los implantes es un procedimiento que lleva más tiempo en comparación con otro tipo de prótesis, y se requiere de una valoración previa del paciente, pues no todos son candidatos; lo cierto es que son muy cómodos cuando se sustituye una pieza o dos, sobre todo en anteriores, en términos estéticos.
Cuando se pierde una pieza dental, se presenta un desequilibrio en la articulación temporomandibular; si es una pieza superior, el paciente deja de masticar por ese lado y empieza a hacerlo por el lado contrario, y en consecuencia, se inicia una presión en unas áreas más que en otras. “Cuando falta una pieza de arriba, por ejemplo, la de abajo presenta un fenómeno denominado ‘extrusión’, en la que tiende a salir debido a la falta de contacto con la pieza superior, y las de arriba, que se encuentran a los lados de la pieza que se extrajo, tienden también a moverse con el tiempo”.
Así mismo se empiezan a lastimar los tejidos blandos (encía), y se puede presentar dolor a nivel de articulación, razones por las cuales, es importante reponer los espacios, ya sea con una prótesis fija, o removible, inmediatamente después de que hubo una cicatrización, que generalmente ocurre entre un mes y medio, o dos.
En prótesis removibles, la limpieza es más fácil porque el paciente tiene de tres a cuatro periodos de higiene bucal al día, y en los que puede aprovechar para desinfectarlas. Según la experta, ésta se lleva a cabo con un cepillo especial y el objetivo es la eliminación de bacterias y alimentos que se pueden acumular en la misma.
Cuando son prótesis fijas, también existen instrumentos exclusivos, e hilos dentales particulares, para hacer una higiene correcta, ya que ésta se encuentra unida al tejido blando; “el hecho de que se cuente con una sustitución de este tipo, no quiere decir que la persona no va a volver a presentar problemas; una inflamación de encías por acumulación de sarro es uno de las complicaciones más frecuentes, por eso, el paciente debe tener la misma higiene, como si realmente fueran sus dientes, y aún más importante, acudir con su dentista cada seis meses, o una vez por año, para realizarse su limpieza dental, y revisar que todo esté en perfectas condiciones”.
Reemplazo articular
Pocas intervenciones quirúrgicas han modificado tanto la vida de los pacientes como las prótesis articulares, o reemplazos articulares.
Samuel Martínez Rosales, especialista en ortopedia y traumatología, explica que las articulaciones es la unión que existe entre dos huesos que tiene movimiento como el codo, la cadera, o la rodilla. “Cuando sufren daños, que son irreversibles, que limitan la actividad normal, y que hay dolor, la opción es sustituirlo por una pieza artificial”.
La articulación artificial está compuesta, principalmente por una aleación especial de metal y plásticos de alta densidad, que se gastan poco.
La mayoría de las indicaciones son dirigidas hacia personas de edad avanzada, y en ocasiones en pacientes no tan longevos, que tienen un desgaste de alguna articulación, que puede deberse a cuestiones hereditarias, accidentes, fracturas, o enfermedades como la “gota”, que la van destruyendo, provocando dolor, y limitando el movimiento.
Las áreas más frecuentes de reemplazo, de acuerdo con el especialista son: rodilla y cadera, seguidas por el hombro, codo, y muñeca.
Algunas pequeñas reposiciones también se realizan en las manos, específicamente en los dedos de pacientes con artritis reumatoide.
La calidad de vida de las personas que son sometidas a una intervención en la que se dispone de una prótesis articular, es un cambio del “cielo a la tierra”; es, pasar del dolor y limitación, a tener movimiento, incluso, las personas que mejoran, sobre todo, jóvenes, llegan a abusar de la actividad física porque se sienten “excelentes”.
El reemplazo articular está fabricado con materiales que no se regeneran, por lo tanto, es posible que también sufran un deterioro, o un aflojamiento si no se preservan de forma adecuada. Los pacientes con prótesis deben restringir funciones que sometan a esas articulaciones a excesivas demandas.
“Los cuidados principales son: la disminución de la actividad física, y la reducción del peso corporal cuando se padece sobrepeso u obesidad”.
Esto quiere decir que si, por ejemplo, la actividad laboral supone caminar mucho tiempo sin posibilidad de descanso, permanecer de pie demasiadas horas, o en posiciones forzadas para la articulación correspondiente, se le recomendará modificar, o dejar su trabajo.
Cuando la prótesis cumplió su objetivo, y cumplió con su vida útil, porque se aflojó del hueso donde estába fijo, lo que se hace es utilizar un reemplazo de revisión; se retira el material, y se aplica otro un poco más complejo.
Los materiales de hoy en día han ido mejorando a la par de la modernidad, años atrás, las prótesis tenían un promedio de vida de aproximadamente ocho años, bien cuidada; con lo nuevo, pueden durar hasta 15 o 20 años, si se toman las medidas adecuadas.
Una de las novedades surge en los casos en los que no se reemplaza solamente la articulación, sino prácticamente un hueso completo; se le conoce como prótesis tumoral.
“En caso de lesiones cancerosas, por ejemplo de los huesos, se puede retirar una pieza entera, y sustituirla por una prótesis completa, de hueso y articulación”.
Cambio de extremidades
Las personas que han sufrido la mutilación de una, o ambas extremidades, por accidente o cirugía, dependen casi totalmente de la tecnología protésica. Sin una extensión artificial, el paciente no puede caminar, comer, atarse las agujetas de los zapatos, trabajar con una computadora, sentarse, practicar algún deporte, etc.
Este tipo de prótesis, llamada ortesis, es un término que se utiliza para denominar aparatos o dispositivos, férulas, ayudas técnicas y soportes usados en ortopedia, que corrigen o facilitan la ejecución de una acción, actividad o desplazamiento, así como para modificar los aspectos funcionales y estructurales del sistema neuromusculoesquelético.
Las prótesis que se pueden encontrar, según Martínez Rosales, son: de miembro inferior, desde la pierna, por debajo de la rodilla, otras que incluyen una rodilla artificial o mecánica, hasta reemplazos que incluyen toda la pieza.
“La función, y que el paciente pueda adaptarse a una prótesis, dependerá básicamente del nivel de amputación y del tipo de prótesis”.
Existen ortesis también de las extremidades superiores, pero generalmente no obtienen los resultados deseados; la mano tiene movimientos muy finos difíciles de igualar.
Si una prótesis pudiera, verdaderamente reemplazar la mano y el brazo humanos, se daría a las personas lo mismo que perdieron; desafortunadamente sólo pueden realizar una pequeña parte de los innumerables movimientos funcionales que éstos efectúan automáticamente.
“A diferencia de un miembro superior, los pacientes pueden caminar y correr, e incluso, practicar algún deporte con una extremidad inferior mutilada, y una buena prótesis”.
Existen distintos tipos de reemplazos en este sentido, desde las más antiguas que todavía se siguen utilizando, que solamente incluyen una extensión de plástico, que le ayudan al paciente a apoyarse y caminar, auxiliándose con un bastón o muletas.
Las más modernas se adaptan perfectamente y hacen un vacío, en el que difícilmente se salen de su lugar. Estas prótesis, comenta el especialista, tienen además articulaciones automáticas, es decir, cierta clase de resortes que permiten igualar en la medida posible la marcha normal del paciente, sin artefactos de soporte.
El cuidado de las prótesis de las extremidades completas es muy importante, puesto que están fabricadas de materiales plásticos y metálicos, que requieren de cierto mantenimiento especializado por parte de los ortesistas, quienes revisan que los resortes no se estén desgastando o aflojando, que los plásticos no se estén cuarteando o rompiendo, lubrican los sistemas de visagras, y verifican que el sistema de vacío, que es el que permite que no desprenda la extensión, esté siempre en funcionamiento.