La República de Haití, cuya base étnica poblacional tiene un 95 por ciento su origen en habitantes del África subsahariana, está situada en las Antillas y actualmente cuenta con más de 10 millones de habitantes. Este país, después de haber sido colonizado por España en 1492 y vendido a Francia en 1697, proclamó su independencia en 1804, siendo el segundo del Continente Americano y el primero de América Latina en lograrla, proceso que lo convirtió en el primer caso en la Historia Universal en que una población sometida a la esclavitud tuviera su emancipación, así como la abolición de esta forma de explotación de forma autónoma y perdurable en el tiempo, sentando un precedente definitivo para la supresión del comercio trasatlántico de personas.
Está considerado como el país más pobre de América Latina y probablemente una de las causas es haber sufrido por siglos el terrible dominio de colonizadores y dictadores a lo largo de su historia (esos tipos de gobierno inhiben a sus habitantes para desarrollar sus propias capacidades a fin de que de esa manera sus regímenes totalitarios tengan más éxito); y el pasado 12 de enero su capital, Puerto Príncipe, fue devastada por un terremoto de siete grados en la escala Richter, seguido de tres temblores, uno de 5.9, otro de 5.5 y un tercero de 5.1, con réplicas menores (sumando en pocas horas hasta 39), y lo que se apreció, a través de los videos de los medios de comunicación, fue una especie de paralización de la población, comprensible hasta cierto punto por la magnitud de la tragedia, pero que también se pudo deber a que el sometimiento por siglos de esclavitud y dictaduras les haya suprimido la capacidad espontánea para actuar. A la fecha se han presentado más temblores menores en esa ciudad.
Esta tragedia ha generado la generosidad internacional para ayudar a los haitianos, y México fue de los primeros en ofrecer el apoyo de todo tipo, particularmente el auxilio de los "topos": grupo que se formó a raíz del terremoto sufrido en el Distrito Federal en 1985 para rescatar a las personas sepultadas en el sismo. Torreón no se ha quedado atrás y se crearon centros de acopio en algunas partes de la ciudad, y a través de la Cruz Roja local, con muy buena respuesta de los laguneros.
Probablemente la ayuda de ahora no sea suficiente y será necesario seguir enviando más aportaciones, porque se estima que hay más de 3 millones de personas afectadas, además de que Puerto Príncipe quedó destruido, por lo que pasará bastante tiempo para que las condiciones en ese país se empiecen a restablecer. Si no ha aportado todavía, puede hacerlo a través de la Cruz Roja o en alguna cuenta bancaria de las que aparecen en la televisión.
(Quiero agradecer a los operadores Javier Ramírez y Rafael Olmos, de la unidad 3 del Grupo Senda de T.N. sus atenciones en mi viaje de regreso a esta ciudad, procedente de la ciudad de Monterrey. Muchas gracias y que Dios los cuide en sus frecuentes recorridos).
