"Agradezco a los dioses, cualesquiera que éstos sean, por mi alma incorruptible, soy el maestro de mi destino, soy el capitán de mi alma".
W.E.H.
Quiero compartir con ustedes mi experiencia con la película Invictus, que no sé con cuál nombre será exhibida en las salas locales, pero al parecer se traduce como "desambiguación" (?). Dirigida por Clint Eastwood, cuenta la verídica e inspiradora historia de cómo Nelson Mandela unió sus esfuerzos con el capitán del equipo de rugby "Springbocks" de Sudáfrica, Francois Pienaar, para ayudar a unificar al país. El recién elegido Presidente Mandela es consciente de que su nación sigue estando dividida, tanto racial como económicamente, debido a las secuelas del Apartheid. Creyendo que puede unir a su pueblo a través del lenguaje universal del deporte, el presidente apoya al equipo cuando, con pocas probabilidades de triunfo, participa en el Campeonato Mundial de 1995. En la película, Mandela acude a Pienaar citando el poema "Invictus" de William Ernest Henley, que para él significó fuente de inspiración y fortaleza durante sus 27 años de prisión, apelando al orgullo nacional, sabiendo que en esos momentos era lo único que el país tenía en común porque, a la larga, blancos y negros tendrían que trabajar juntos para prosperar.
El rodaje de "Invictus" se realizó totalmente en Sudáfrica, tratando siempre de utilizar los mismos lugares en los que se habían desarrollado los hechos para lograr autenticidad. Para la mayoría de la gente la Final de la Copa del Mundo de 1995 no fue más que un emocionante partido de rugby; sin embargo, para los sudafricanos fue un momento decisivo en su historia, una experiencia compartida que ayudó a cicatrizar las heridas del pasado dando nuevas esperanzas para el futuro. El artífice de este acontecimiento de referencia fue el presidente de la nación Nelson Mandela y sus protagonistas los jugadores, capitaneados por François Pienaar.
La película es hermosa por su argumento, es darse cuenta de qué manera un hombre inteligente, carismático, con ideales y nobleza de espíritu, tuvo la visión adecuada para lograr un objetivo, tratando sobre todo de apoyar y favorecer a los demás, en este caso, al pueblo que él lideraba en esos momentos de la historia, sobrepasando los propios sentimientos generados por sus vivencias de sufrimiento a través del cautiverio. Los lugares reales: la casa de gobierno, el Estadio de Johannesburgo Ellis Park, las calles, sus habitantes, todo le da una autenticidad de documental a la película que ofrece una visión fidedigna de los acontecimientos; además de la bella música africana que acompaña al film. Las actuaciones de Morgan Freeman (Nelson Mandela) y Matt Damon (Francois Pineaar), ambos nominados por los Globos de Oro, Premios Oscar y Sindicato de Actores de Hollywood con las categorías de Primer Actor y Actor Secundario, son excelentes por lo adecuado y mesurado de su desempeño.
Esta película debe ser vista por nuestros políticos, creo que pueden aprender muchas cosas de ella, sobre todo tener el espíritu de servicio, la inteligencia y la capacidad para desempeñar los cargos que el destino pone en su camino.
