En nuestro país se están celebrando las fiestas conmemorativas de la existencia de dos instituciones; la Universidad Nacional Autónoma de México y la Escuela Centenario de Torreón. Cualquiera diría que no tienen nada que ver una con la otra, que no hay ninguna comparación posible entre ambos centros docentes, sin embargo, las universidades no tendrían razón de ser sin la existencia de las escuelas de enseñanza primaria, porque todo ser humano para adquirir un título profesional debe aprender, como base, la escritura y la lectura de las letras del abecedario; después incorporar estudios cada vez más complejos, y así, en un futuro poder acceder a estudios de nivel superior.
Como mexicanos debemos estar orgullosos de contar con "la máxima casa de estudios", la UNAM, Alma Mater de incontables profesionistas a lo largo y ancho de nuestro país y del mundo, particularmente en América Latina; pero, como laguneros, debemos congratularnos de que tengamos la Escuela Centenario de Torreón, semillero de muchísimos niños estudiosos, y también de aquellos adultos que tuvieron la oportunidad de formar parte del alumnado de las Escuelas Federales de Secundaria y Preparatorias Nocturnas para Trabajadores, logrando de esa manera tener el acceso a cursar carreras universitarias.
La Escuela Centenario de Torreón le dio la oportunidad al profesor Abel Valadés Mesta y su equipo de maestros para que las clases de las escuelas nocturnas de referencia se impartieran en su edificio, permitiendo que las aulas que ocupaban sus niños en el día, fueran utilizadas en horario nocturno por los adultos que buscaban su superación personal a través de buscar el acceso a estudios superiores universitarios. Sin ese apoyo incondicional, no se hubieran logrado los anhelos del profesor Valadés y sus alumnos adultos.
Creo que sale sobrando aclarar que la que escribe estudió en las Escuelas Nocturnas para Trabajadores y mi Alma Mater es la Universidad Nacional Autónoma de México, pero lo hago porque siento mucho orgullo expresarlo, y aprovecho este medio para enviar las felicitaciones pertinentes a ambas instituciones y un saludo afectuoso a mis excompañeros los "Tecolotes".