Con este resultado, el cuadro neoleonés se olvida poco a poco del porcentaje y se mete a la pelea por el pase a la liguilla en el Grupo Uno al llegar a 19 puntos. (Jam Media)
Los Pumas se han convertido en los hijos predilectos del sufrimiento en el Apertura 2010. Les gusta la mala vida y complicarse el boleto a la liguilla. Cada vez que tienen el pase a la fase final cerca de ellos prefieren la amargura de la derrota como la de ayer ante Tigres (2-0) para hacerse más difíciles las cosas en el apretado Grupo Tres, en el cual ya están fuera, otra vez, de zona de calificación directa.
De nada les sirvió a los auriazules ganarle la semana pasada a Chiapas, su principal rival de sector por obtener un lugar en la liguilla, porque ayer, como ya es su costumbre, cayeron de visitantes por cuarta ocasión en el torneo y suman once partidos sin ganar lejos del Estadio Olímpico Universitario.
Los felinos regios vencieron "a lo Tuca". Ricardo Ferreti le dio una lección a su pupilo Guillermo Vázquez de cómo obtener una victoria deslucida y con más dotes de orden que de brillo, además de apelar al talento individual de sus futbolistas y no mucho más.
Memo sólo pudo mirar impotente, rascándose las cejas, llevándose las manos al rostro, cómo su equipo era dueño de la pelota pero ayer nada le fue tan ajeno como la posibilidad de ganar.
Fueron dos goles oportunos de Tigres, con Lucas Lobos como protagonista, el único con la lucidez necesaria como para quebrar el rígido esquema táctico del técnico brasileño.
En el primero, Juninho, culminó una pared que realizó con el mediocampista argentino para sellar la apertura del marcador con un disparo raso que se colocó en el costado izquierdo de Sergio Bernal, quien ni siquiera para "salir en la foto" se lanzó por el esférico.
Pumas volvió a demostrar que le falta punzada. Su joven estratega invita a sus jugadores a tratar bien la pelota, a darle circulación y avanzar con trazos directos al hombre, pero con poca llegada.
Apenas Leandro Augusto con disparos de media distancia logró inquietar a Cirilo Saucedo. Ferreti, con su semblante siempre molesto, sólo atinó a observar que el partido no se saliera de su eterno guión de quedar bien resguardado atrás y en los contragolpes crear las llegadas de peligro para poder solucionar los partidos cuando se vuelven trabados como el de ayer en el Universitario.
Pero más sabe el Tuca por viejo que por Tuca. El estratega de 754 partidos dirigidos en Primera División sabía que no necesitaba arriesgar de más ante un equipo auriazul que no cuenta con los revulsivos suficientes en la banca de suplentes para darle vuelta a una situación cuando luce complicada.
Los del Pedregal ni siquiera han tenido los suficientes argumentos para dejar de ser el peor equipo visitante del torneo con sólo apenas dos puntos de 18 que han disputado.
El 2-0 llegó en una jugada que Lobos hizo grande. Con un despliegue de técnica individual resquebrajó la defensa puma para colarse al borde del área, ceder a Alan Pulido, quien hizo lo propio para que Damián Álvarez empujara ante el arco vacío.