"La frase 'madre trabajadora' es redundante."
Jane Sellman
La tasa bruta de natalidad de nuestro país ha venido cayendo en los últimos años. De 43 por cada mil habitantes en 1970 pasamos a 19 en 2008. Esto ha hecho que se reduzca de forma importante la tasa de incremento anual de la población, que pasó de 2.4 por ciento en 1970-1990 a 1.1 por ciento en 2000-2008, según la Unicef.
Sin embargo, el porcentaje de mexicanas que han sido madres cuando menos una vez, ha aumentado de manera significativa. En 1970 el 57.1 por ciento de las mexicanas de más de 12 años de edad había tenido cuando menos un hijo nacido vivo. Para 2009 esta cifra aumentó a 66 por ciento (INEGI). Las mexicanas están teniendo menos hijos, pero hay un número mayor de madres entre la población.
Quizá la razón es que hay más mujeres que no sienten que deben estar casadas para tener hijos. En 1990 el 66.8 por ciento de las madres del país estaban casadas, en tanto que el 22.8 por ciento vivían en unión libre y el 7 por ciento eran solteras. Quince años después ya menos de la mitad de la madres estaban casadas. En 2005 sólo el 49.7 por ciento de las madres registraban ese estado civil mientras que el 35.8 por ciento vivían en unión libre y el 9.5 por ciento eran solteras.
La edad promedio de las madres en nuestro país está subiendo de forma gradual, pero incesante. Las que tienen menos de 20 años pasaron de 17.3 a 16.7 por ciento del total entre 1990 y 2005, cifra que de todas maneras nos revela un número muy importante de adolescentes que se convierten en madres antes de tiempo. También baja en este período, de 32.3 a 29.8 por ciento, el número de mujeres que son madres entre los 20 y los 24 años. En cambio, aumenta de 14.7 a 17.5 por ciento el número de madres de 30 a 34 años.
Otra tendencia importante es el aumento en el porcentaje de madres que trabajan fuera del hogar. En 2005 el 39.3 por ciento de las mujeres de más de 14 años con cuando menos un hijo nacido vivo, tenían participación en alguna actividad económica fuera del hogar. Para el 2009, apenas cuatro años después, esta cifra había aumentado a 41.6 por ciento.
Trabajan más fuera del hogar las madres con mayor educación. El 61.7 por ciento de las que tenían educación media o superior en 2009 realizaba alguna actividad económica no doméstica, pero sólo el 28.9 por ciento de las que tenían primaria incompleta llevaba a cabo labores fuera de casa.
Hay muchos hogares en México que no tienen padre. Pero el 87.6 por ciento cuenta con cuando menos una mujer que haya tenido un hijo. Casi no hay hogar que no pueda celebrar el día de las madres en casa.
Pero a pesar de la emotividad de este festejo en nuestro país, muchas mexicanas siguen siendo objeto de violencia por parte de sus parejas. Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares de 2006, el 47.4 por ciento de las madres casadas o en unión libre afirma haber sufrido violencia de parte de su pareja. El 40 por ciento reporta violencia emocional, el 28.8 por ciento económica, el 21.4 por ciento física y el 8.7 por ciento sexual.
La madre típica mexicana ya no es la que teníamos hace apenas algunas décadas. Es más probable que hoy no esté casada, que sea un poco mayor y que trabaje fuera de casa, especialmente si tiene cuando menos educación media.
México está siguiendo así tendencias que se registran en otros países del mundo que han alcanzado un mayor grado de desarrollo. Pero donde no parecen cambiar las cosas es en la violencia que los hombres siguen ejerciendo sobre las mujeres en general y las madres en particular.
Atribúyalo usted a la flojera o a la búsqueda de mayores ingresos de los médicos. El hecho es que el número de cesáreas en México aumentó de 31.6 a 37.4 por ciento de los partos entre 2000 y 2007. Las organizaciones internacionales de salud sugieren que una tasa normal, la que cabría esperar por complicaciones médicas, oscilaría entre 15 y 20 por ciento.
