La diplomacia es el arte patriota de mentir por tu país.
Ambrose Bierce
Ulian Assange, el fundador de WikiLeaks, lo pidió ya: Hillary Clinton debería renunciar si se comprueba que ella ordenó a la burocracia del Departamento de Estado que espíe a funcionarios de las Naciones Unidas. A su vez, las voces más conservadoras de la política estadounidense ya piden que Bradley Manning, el soldado homosexual, que robó la información de la diplomacia estadounidense en un CD que decía "Lady Gaga", sea condenado por traición a la patria y que por ello el Presidente Obama mantenga el veto indirecto a los homosexuales y lesbianas en el Ejército estadounidense.
Los más de 250 mil cables que tienen en su posesión cinco periódicos de Estados Unidos, España, Francia, Alemania y Gran Bretaña están llenos de notas jugosas, sobre las preocupaciones de Hillary Clinton por cómo afecta el estrés a Felipe Calderón y a Cristina Kirchner, entre otros. Después de todo, el chisme no sólo vende, sino que el chisme es además una institución informal de la política, como la llaman los politólogos GretchenHelmke y Steven Levitsky, y que en México conocemos de sobra.
Chismes de un lado, los cables de Wikileaks están causando alarmismos.
La distribución de esos cables no significa una nueva Guerra Fría, ni es un cataclismo para la diplomacia, ni mucho menos el rompimiento de relaciones diplomáticas de varios países con EU. La gira de la secretaria Clinton por Kazajastán, Uzbekistán, Bahrein y Kirguistán, así como la visita sorpresa del Presidente Obama a Afganistán demuestran que no se han roto los canales de la diplomacia, acostumbrada a los juegos de las máscaras.
Y sin embargo, es en la política interna de EU donde estos cables podrían tener mayor eco. De entrada, porque ya hay varios grupos que se han montado en esta coyuntura para conectarla con una iniciativa que terminaría con el veto indirecto para que las personas gays y lesbianas puedan servir en el Ejército estadounidense. El hecho de que Bradley Manning, el soldado que filtró los cables a WikiLeaks, sea gay ha ocasionado que quienes estén en contra de terminar con esa política discriminatoria la justifiquen bajo el argumento de que Manning es la prueba viva de cómo los homosexuales no son aptos para el servicio militar. Incluso Mike Huckabee, un ex candidato presidencial republicano, está pidiendo la pena de muerte para Bradley por traición a la patria.
En segundo lugar porque desde 1966 EU ha instrumentado una política de acceso a la información pública a través de la llamada Ley de Libertad deInformación -FOIA, por sus siglas en inglés. El Presidente Obama lanzó en enero del 2009 una iniciativa llamada Open Government que busca profundizar el acceso a la información para la ciudadanía estadounidense, luego de los 8 años del gobierno de Bush que se caracterizaron por un retroceso en la transparencia del actuar gubernamental.
La libertad de acceso a la información pública tiene sus enemigos en todos lados y la filtración de los documentos de WikiLeaks podría irónicamente causar un retroceso en los esfuerzos por transparentar más la información pública.
Finalmente, Hillary Clinton no es Henry Kissinger. La demanda de Assange de que se vaya Hillary no ha tenido mayor eco en EU ni en el mundo. Después de todo, irónicamente Clinton incorporó la defensa de un Internet libre en el mundo como eje de la política exterior de su país, a la vez de que bajo su liderazgo el Departamento de Estado lanzó la mayor estrategia de diplomacia pública para restaurar la imagenestadounidense en el mundo. Hillary es una pieza fundamental del equipo de Obama por lo que WikiLeaks no se antoja como el detonante de su renuncia.
A final de cuentas, como ya han discutido varios de losanalistas políticos internacionales en EU y en Gran Bretaña, los cables de WikiLeaks están demostrando la capacidad analítica de los burócratas de la diplomacia estadounidense y su eficacia para negociar con aliados y con enemigos.
Si la Cancillería mexicana o la de cualquier otro país contara con el presupuesto asignado al Departamento de Estado, que en 2010 ascendió a casi 54 mil millones de dólares, comparados con los 500 millones de dólares de la SRE, seguramente tendríamos un nivel de espionaje diplomático como el de los estadounidenses.
Al final, dice mucho del mundo en el que vivimos hoy el hecho de que en tiempos de Kissinger se organizaran golpes de Estado en América Latina desde la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado y que hoy se indague sobre qué pastillas toma Kirchner para manejar el estrés...
Politólogo
E Internacionalista
Twitter @genarolozano