Último adiós. Familiares de Jorge Antonio Mercado, uno de los dos estudiantes que murieron el pasado viernes en un choque entre militares y sicarios asisten a su sepelio en Saltillo. NOTIMEX
"Que la muerte de mi hijo no sea en vano", suplicó Rosa Elvia Mercado, madre de Jorge Antonio Mercado Alonso, uno de los dos jóvenes muertos el viernes pasado, durante el enfrentamiento entre el Ejército y sicarios a la entrada del Tecnológico de Monterrey.
El saltillense Jorge Antonio, de 23 años de edad, y su amigo y compañero de muchos años, Javier Arredondo Verdugo, de 24 años, fueron velados muy cerca, a unos 30 metros de distancia, en capillas de la misma agencia funeraria "Funerales Martínez", ubicada entre las calles de Hidalgo y bulevar Valdés Sánchez.
Los padres de ambos jóvenes asesinados demandaron "que se limpie su nombre, porque eran buenos muchachos, estudiosos, con calificaciones excelentes y las autoridades policiacas dijeron que eran criminales".
La mamá del saltillense narró las horas de angustia que pasaron desde que se enteraron de la balacera y ya no supieron de su paradero, pues les insistían que los muertos eran sicarios.
"Por la forma en que lo encontramos, apuntó, podríamos decir que fue golpeado o arrastrado, pero no nos consta. Le quitaron todas sus identificaciones y no nos entregaron nada de sus cosas".
FUE HOMICIDIO
Mientras tanto, la novia de Jorge Antonio, Ruth Nohemí Garza Mata, afirmó que el asesinato de ambos universitarios "ha marcado a todo el país" y sentenció, "Fue un homicidio y los culpables tienen que pagar".
En la Iglesia del Carmen se ofició misa de cuerpo presente donde se oró por el eterno descanso de Arredondo Verdugo, cuyos restos serán trasladados a las 19:00 horas a la población de "Todos los Santos", municipio de la Paz, Baja California Sur.
Mientras tanto, familiares, amigos, compañeros y ex compañeros de la preparatoria "Ateneo Fuente" del Tecnológico de Saltillo y de posgrado del Tec de Monterrey, acudieron al panteón "Santo Cristo" donde dieron el último adiós a Jorge Antonio, a quien reconocen como un alumno sobresaliente.
"Era muy buen estudiante, deportista, sin vicios", coincidieron varios entrevistados, quienes exigieron también que se esclarezca el asesinato.
Ambos eran ingenieros en Mecatrónica y en mayo próximo concluirían sus estudios de posgrado, Jorge Antonio la maestría y Javier el doctorado.
Antes de que fuera sepultado, Rosa Elvia entregó a su hijo al Altísimo.
"Dios quería un angelote en el cielo, por eso se lo llevó, sólo Él sabe por qué y, aunque no me agrade, yo acato su voluntad".