Y A hay legalmente gobernador electo en Durango. El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Durango ha entregado a Jorge Herrera Caldera la constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo del estado de Durango.
Sin embargo, las cosas de ninguna manera se pueden leer de manera tan simple. Que Herrera Caldera haya alcanzado la máxima magistratura estatal pareciera no ser una noticia sorprendente. Lo realmente novedoso es el margen con el que lo ha conseguido. Según las cifras del conteo oficial, Herrera Caldera obtuvo 295 mil 27 votos, es decir el 48.40 por ciento. José Rosas Aispuro, de la coalición "Durango nos Une" (PAN-PRD-Convergencia) obtuvo 279 mil 595 votos, el 45.87 por ciento. Un resultado que nadie tenía de inicio en el radar.
La diferencia de 15 mil 432 votos convirtió a la elección del 4 de julio en la más cerrada en la historia de Durango y en la más competida de las 12 elecciones para gobernador realizadas el 4 de julio.
Estos resultados no los esperaba nadie, principalmente el gobernador Ismael. Quien el sábado anterior a la elección se fue a la cama esperando un resultado habitual en su historia política. Pero no fue así, aun cuando él es ha sido un nato ganador de elecciones, nunca calculó que el delfín por él elegido ganara la elección por tan estrecho margen.
Ismael, antes de gobernador fue diputado local por mayoría, diputado federal, alcalde, senador y gobernador siempre avalado por el sufragio amplio de sus electores, pero algo pasó ahora que los números no le han favorecido tanto en el sucesor que él eligió para su puesto. Aunque realmente logró por lo menos cederle su silla a alguien que él decidió desde hace tiempo atrás.
Hernández Deras llegó a la titularidad del Gobierno del Estado de Durango dejando en la carrera, en una cerrada contienda interna, al empresario Don Carlos Herrera, lo que sin duda lo catapultó como un político de grandes alcances. Es en términos políticos sin duda un elemento eficaz y sensato en su género, lo que le permitió llegar hasta donde ha estado. Con esos antecedentes, se esperaba un proceso electoral que validara el trabajo y el control que el todavía gobernador mostró en su mandato.
Las encuestas más serias daban hasta quince puntos de ventaja al candidato que el gobernador actual, Hernández Deras, había elegido seis años atrás para relevarlo.
Es sin duda un caso inédito en Durango, que una persona como Jorge Herrera, quien hace seis años profesionalmente pensaba sólo en su fábrica, hoy sea el mandamás por capricho de su amigo.
Herrara Caldera será quien a partir de septiembre conducirá los destinos de este estado republicano tan ávido de un gobierno capaz que lo saque del letargo histórico.
En este entorno, no estaba en el cálculo de nadie que el voto popular a su favor fuese tan estrecho al de su rival, el recientemente ex priista José Rosas Aispuro.
Para Jorge, con este escenario, no es tarea nada fácil, aunque provenga de un exitoso haber empresarial y del ámbito privado. Ello no lo hace porque si ya dotado de ese poder suficiente que sea capaz de transportar al estado que gobernará a los estándares a que igualaría si quiere, al término de su mandato, suficiente para poder comparar a su entidad federativa con sus vecinos como Sinaloa, Chihuahua o el propio Coahuila.
Pero que apenas un sexenio después de que inició su carrera, hoy tenga en sus manos una constancia que lo embiste de gran poder local, no lo convierte tan simple en futuro ganador.
Sin embargo, todo esto de las elecciones es de vencedores y vencidos. Ciertamente fueron los de la oposición los derrotados. Pero el gran perdedor es Ismael Hernández Deras, quien no obstante en términos generales supo llevar un gobierno aceptable, Su margen tan estrecho en la victoria de su candidato lo desarma en el PRI nacional para aspirar a otras cosas una vez que deje la gubernatura. Al tiempo, pero hoy, con esas cifras, aparentemente quien ha perdido más es el gober Ismael.