La secretaria estadounidense de Estado Hillary Rodham Clinton prometió el lunes que el gobierno del presidente Barack Obama no aceptará que Irán tenga armas nucleares y dijo que trabaja en sanciones "que morderán" para que Teherán se sincere sobre su presunto programa de armas atómicas.
En un discurso ante el Comité Israelí-Estadounidense de Asuntos Públicos, Clinton señaló que algunos sectores del gobierno de Irán se ha convertido en una amenaza para el propio pueblo de ese país y para la región. Israel considera a Irán una amenaza mortal en su patio trasero, en especial debido a que Teherán progresa en el desarrollo de misiles y avanza en su programa nuclear hacia el punto en el que pueda construir armas atómicas. Irán asegura que no está fabricando armas nucleares.
La funcionaria indicó que los líderes de Irán deben saber que hay "consecuencias reales" por negarse a demostrar que sus actividades nucleares son pacíficas.
"Nuestra meta no es incrementar las sanciones, sino (establecer) sanciones que morderán", dijo Clinton.
"Permítanme ser muy clara: Estados Unidos está determinado a impedir que Irán adquiera armas nucleares", enfatizó.
Clinton dijo que si Irán desarrolla un arma nuclear, ello alentaría a terroristas y desencadenaría una carrera armamentista que desestabilizaría al Medio Oriente.
"Esto es inaceptable", apuntó. "Inaceptable para Estados Unidos, inaceptable para Israel e inaceptable para la región y la comunidad internacional".
Irán ha despreciado los esfuerzos del presidente Obama para negociar en forma directa y hasta ahora ha rechazado incentivos ofrecidos por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU —Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos— y de Alemania para detener el enriquecimiento de uranio, un proceso que puede producir combustible para una bomba.
Washington y sus aliados temen que Irán pretenda construir una bomba nuclear, una acusación negada por el gobierno iraní, que afirma que su programa sólo intenta generar electricidad.
Israel considera a Irán como una amenaza a su existencia y su impaciencia crece a la espera de nuevas acciones contra ese país. Irán está actualmente bajo tres paquetes de sanciones del Consejo de Seguridad y Estados Unidos y sus aliados europeos están presionando por una cuarta serie.
Sin embargo, China, que rechaza las sanciones en general y tiene poder de veto para bloquearlas en el Consejo, se opone a un nuevo paquete y ha frustrado los planes del gobierno estadounidense de tomar medidas con rapidez.
"Toma tiempo generar las sanciones y consideramos que el tiempo es una inversión valiosa para ganar el apoyo más amplio posible a nuestros esfuerzos", expresó Clinton.
Las sanciones "mostrarán a los gobernantes de Irán que su intransigencia les acarreará consecuencias reales, que la única opción es que acaten sus obligaciones internacionales", agregó.
El gobierno de Estados Unidos ha afirmado en diversas ocasiones que no desea que las sanciones perjudiquen al pueblo iraní. Washington asegura que las nuevas sanciones deben afectar directamente a organizaciones del liderazgo iraní, como el Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán, que tiene una participación importante en la política y economía del país.
Clinton criticó a los dirigentes radicales de Irán que reprimieron a opositores tras las polémicas elecciones del año pasado en ese país.
La secretaria de Estado pronunció su discurso un día después de que el dirigente supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, afirmara que Estados Unidos conjura para derrocar al gobierno clerical de su país, en una fría respuesta al más reciente intento de Obama de mejorar los vínculos culturales con esa nación.