Obra. Están pendientes en el medio rural 80 obras de infraestructura hidráulica, lo que representa agua potable para localidades pequeñas, además de drenaje y saneamientos.
Ya en los últimos meses de 2010, se espera el arribo al estado de los recursos federales para infraestructura hidráulica del medio rural, razón por la cual los municipios con adeudos por derechos de extracción de agua, hacen lo posible por ponerse al corriente y así no quedar fuera del esquema de obras de agua potable y saneamiento.
Miguel Calderón Arámbula, director de la Comisión del Agua del Estado (CAED), en la antesala del último trimestre del año, dijo que este organismo estatal y los municipios buscan la ejecución de todas las obras planeadas en el medio rural.
El funcionario del Estado manifestó que se tiene ya pactado con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), invertir alrededor de 158 millones de pesos.
Esto representa unas 80 obras de infraestructura hidráulica; lo que de traduce en agua potable para localidades pequeñas, además de drenajes y saneamientos.
Dicha inversión alcanza a 21 municipios de la entidad, en los cuales hay todavía algunos rezagos en cuanto a los servicios básicos.
Mientras tanto, Calderón Arámbula indicó que todavía se trabaja con el Programa de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento en Zonas Urbanas (APASZU).
Pero también se mantiene el contacto con las oficinas centrales de la Conagua en busca de la pronta liberación de los recursos pendientes.
Aunque en este sentido hay que tomar en cuenta que algunos municipios todavía no pagan los derechos de extracción de Aguas Nacionales.
De acuerdo con la normativa que rige a través de la Secretaría de Hacienda, los municipios que no pagan, de manera automática quedan excluidos de los programas de infraestructura hidráulica.
No obstante, algunos de los Ayuntamientos hacen un esfuerzo por pagar y así poder ser beneficiarios de los programas federales.
PENDIENTES
Por otra parte, el entrevistado comentó que la Conagua mantiene una constante vigilancia en torno a las presas del estado, de tal forma que su saturación no afecte a la población.
Al momento en el que resulta necesario, en las presas que tienen compuertas se provoca el desfogue controlado, mientras que en otras simplemente se deja que haya derrame, pero hasta la fecha las lluvias no han ocasionado que haya agua en exceso en dichos vasos.