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Química entre madre e hijo

El instinto materno nace con la oxitocina

Química entre madre e hijo

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EDITH GONZÁLEZ

Sin minimizar los nueve meses que el bebé estuvo en el vientre de la madre y el momento mismo del parto, existe algo más presente en todo este proceso que fortalece el vínculo entre madre e hijos, una hormona llamada oxitocina.

En un estudio de laboratorio practicado a ratas blancas se descubrió que mientras los animales que no estaban lactando ni en gestación aborrecían a los críos e incluso se los comían, con la presencia de la hormona este comportamiento desaparecía y se adoptaba uno similar al del rol materno. Una vez que se les inyectaba oxitocina las ratas se convertían en una especie de “madres amorosas y protectoras” de críos que no eran de ellas.

En el embarazo la presencia de la oxitocina es importante debido a que ésta ayuda a que el útero se contraiga al momento del parto y a que vuelva a su tamaño normal, así como a la liberación de leche durante el amamantamiento.

“La oxitocina viene etimológicamente de las palabras oxi, rápido y toko parto, parto rápido, es una hormona que se produce desde antes del parto para las contracciones del útero en el momento en que va a nacer el bebé. Después se sigue produciendo para que el útero vuelva a su tamaño normal”, dijo el ginecólogo Raúl Domínguez González.

En 1979 los científicos descubrieron a las células nerviosas encargadas de sintetizar a la oxitocina en el hipotálamo, una región del cerebro, y que esta como hormona era liberada a través de la glándula hipófisis, ubicada también en la cabeza. Más tarde se comprobó que las células, además de funcionar como una hormona a través del torrente sanguíneo, lo hacían también como neurotransmisores y que los lugares en los que era liberada principalmente, útero y mamas, existían receptores en abundancia.

Por la existencia de terminales nerviosas en la oxitocina, se buscaron también los receptores dentro del cerebro, los cuales fueron encontrados en abundancia.

Partiendo del razonamiento de que durante el parto se produce una liberación masiva de oxitocina, el doctor Kurt Pedersen, de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, propuso su secreción dentro del cerebro, además de en el torrente sanguíneo, basado en el descubrimiento de las abundantes terminales nerviosas. Como función propuso su relación con el inicio de la conducta maternal.

Mediante el experimento realizado con ratas de laboratorio y posteriormente con otros mamíferos fue como se determinó la influencia de la oxitocina en la conducta afiliativa, es decir, en las conductas sociales que fomentan la cercanía entre los individuos.

Durante la maternidad su fortalecimiento se da a través del proceso de amantamiento pues la hormona se sigue produciendo para liberar la leche de la glándula mamaria actuando en el cerebro de la madre fortaleciendo el lazo afectivo con su hijo.

El contacto piel a piel entre madre e hijo también favorece ese vínculo de amor entre ambos.

Para Domínguez González la lactancia materna no sólo fortalece esta relación sino que también trae múltiples beneficios a la mujer, entre ellas, disminuir las posibilidades de cáncer de mama.

Muchas mujeres “piensan que se va a deformar su mamá y no es así, al contrario”.

Resaltó que la lactancia materna no es suficiente para mantener ese vínculo afectivo, pues aunque ayuda en el inicio de la relación, durante el desarrollo del niño se presentan otros factores de carácter más emocional que físico, que refuerzan o destruyen los lazos afectivos.

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