Bien dicen que las malas noticias siempre vuelan... y así quedó constatado con la noticia de la presunta existencia de las "narcopresas" en Durango.
En días pasados en el Cabildo de Pueblo Nuevo resurgió la polémica de que en la presa La Rosilla -que por cierto les les abastece de agua potable- es un cementerio clandestino donde las bandas de la delincuencia organizada ocultan cadáveres. Esto motivó que se hiciera una solicitud para que la Secretaría de Salud del Estado hiciera un análisis del vital líquido y, de ser necesario, un monitoreo con buzos.
Sin embargo, aún no ha habido respuesta oficial al respecto, por lo menos de las autoridades estatales, pero de muy buena fuente se supo que a nivel federal no se van a quedar con los brazos cruzados, y ellos mismos iniciarán una investigación a fondo, pues no es la primera vez que se desata dicho rumor en Durango.
De ser así, y de encontrar en el fondo de los vasos hidráulicos cosas extrañas, otra vez Durango podría figurar en los medios nacionales con una muy mala imagen.
Todavía no pasa el efecto del "quemadón" con lo del Cereso de Gómez Palacio, para que de nueva cuenta venga otra oleada de señalamientos por los estragos de la violencia. Sería bueno que de una vez por todas se iniciaran los trabajos a fondo en las presas, y no sólo estar ordenando a los buzos de Protección Civil que digan que no saben nada y que jamás han visto cosas raras....
Uno de los nombramientos más polémicos en la actual administración municipal fue la de Yazmín Barrera Compeán, directora de Promoción Turística Municipal, de quien se dudaba de su capacidad para un puesto tan delicado y estratégico con el que se busca posicionar a Durango en el plano turístico.
Sin embargo, a 50 días de que inició la era "Adán Soria", ha sido poco o nulo el trabajo de esta funcionaria, y sí se han desatado las quejas y señalamientos en su contra de parte de sus mismos colaboradores.
Es importante que quienes dirigen los destinos del Ayuntamiento tomen cartas en el asunto antes de que les "explote" esa bomba mediática, porque sí es un hecho que la informalidad -y no sólo en su manera de vestir- sino en su manera de trabajar, está desatando la ira de quienes laboran ahí, a tal grado de filtrar todos sus errores, como por ejemplo citar a reuniones con memorandos con varios "horrores" ortográficos, entre muchas cosas más.
Una de las obras que más presumió Ismael Hernández Deras durante su sexenio fue el Hospital Regional de Alta Especialidad de Durango, el cual por cierto -a cuatro años de haberse comenzado a construir- todavía no se ha terminado, pero resulta que para el Gobierno Federal parece no existir, pues en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2011 no se incluye ni un peso de recurso etiquetado para que por fin entre en funcionamiento.
Es cierto que dicho presupuesto puede cambiar mucho, pero es preocupante que la "obra transformadora" que tanto se presumió quede olvidada cuando ni siquiera ha comenzado a funcionar.
Habrá que ver la labor de gestión del gobernador Jorge Herrera Caldera ante este nuevo reto, porque todo parece indicar que está solo en esta lucha, pues con los diputados federales no cuenta ni para que vayan por los refrescos.