El reciente linchamiento de 4 policías bolivianos por nativos que se escudan en la "justicia indígena" reabrió el debate sobre si los usos ancestrales de los pueblos precolombinos, consagrados en constituciones americanas, justifican asesinatos y torturas.
Miles de linchamientos se han registrado en el continente -solo en Guatemala más de 2,500 desde 1996, según la Academia de Lenguas Mayas- pero quienes promueven la también llamada justicia "originaria" insisten en que ésta no incluye homicidios ni castigos crueles o denigrantes.
Los roces de la "justicia indígena" con la llamada "ordinaria", de herencia europea, se deben en parte a que algunas constituciones, como la boliviana, no limitan dónde ni cuándo termina una y inicia la otra, explicaron políticos, analistas y diplomáticos de la región.
En Guatemala, con un 42% de población indígena, hay una sola legislación para los 14 millones de habitantes, pero algunas etnias piden aplicar el "derecho consuetudinario", basado en su cosmovisión y en normas no escritas.
Sobre los numerosos linchamientos en ese país, la mayoría entre indígenas, los defensores de la "justicia comunitaria" dicen que no tienen que ver con el derecho ancestral, pero también hay quienes los justifican por razones sociales.
La Fundación de Rigoberta Menchú, ganadora del Nobel de la Paz en 1992, aseguró que los linchamientos "son producto de la desesperación de las comunidades que han sido abandonadas por el Estado" y carecen de jueces, fiscales y policías.
En Bolivia, donde los linchamientos son frecuentes, pero nadie los cuenta, también surgieron voces que justifican la tortura y asesinato de cuatro agentes el 23 de mayo en Uncía, aldea del departamento de Potosí.
El mallku (cacique) de los ayllus (clanes) del Altiplano, Rafael Quispe, dijo que es un aviso al presidente aimara Evo Morales,.
"Extorsionan a los hermanos que están ahí, abusan a los comunarios. Les ha colmado la paciencia y lo que hicieron es ajusticiar con mano propia. No es parte de la justicia comunitaria, sino que están cansados por este tipo de arbitrariedades y la ausencia del Estado en los ayllus", aseguró Quispe.