Desacuerdos. Hillary Clinton y Patricia Espinosa durante un encuentro en marzo de este año. NOTIMEX
El Gobierno Federal rechazó las declaraciones de Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, en el sentido de que México se parece a la Colombia de hace 20 años por la violencia y el narcotráfico, y que las organizaciones delictivas empiezan a actuar como grupos insurgentes.
La única semejanza entre la situación que vivió Colombia y la que enfrenta México es que el crimen organizado surgió de la demanda de droga del vecino país, afirmó en conferencia de prensa el vocero del Gabinete de seguridad, Alejandro Poiré.
También la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, rechazó la comparación y recordó que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) surgieron como un movimiento con agenda política propia, mientras el caso de los cárteles mexicanos es un tema de delincuencia organizada.
"Las FARC surgieron como un movimiento, con una agenda política y que en diversas etapas estableció vínculos con la delincuencia organizada para lograr allegarse de recursos. En el caso de México estamos hablando, concretamente, de un tema de delincuencia organizada", dijo en entrevista radiofónica.
Por ello, dijo no compartir la apreciación de Clinton y consideró que debe diferenciarse muy bien la situación que enfrenta México actualmente y la que enfrentó Colombia en su momento.
Alejandro Poiré insistió en que hay diferencias significativas entre el México actual y la situación de Colombia hace 20 años, y afirmó que el país actuó a tiempo contra los grupos del crimen organizado.
Recordó que las organizaciones delictivas lograron infiltrar las instituciones colombianas, al grado que un capo del narcotráfico como Pablo Escobar era representante en el Congreso y se llegó a reformar la Constitución colombiana como resultado de un proceso de negociación en materia de extradiciones con los cárteles.
El funcionario destacó además los comentarios positivos de Clinton sobre el presidente Felipe Calderón y añadió que la colaboración en el campo del combate al crimen organizado entre los dos países es muy importante.
MATIZAN DECLARACIONES Luego de las declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el subsecretario de Estado para el Hemisferio, Arturo Valenzuela, consideró que si bien es cierto que la escalada de la violencia ha dado un salto cualitativo con la aparición de "actos terroristas" como la utilización de coches-bomba, "difícilmente puede hablarse de una insurgencia".
"El término insurgencia no puede utilizarse del mismo modo que nos referimos a la insurgencia colombiana. Esta no es una insurgencia que haya surgido por motivos políticos. De lo que estamos hablando (en México) es de una escalada de violencia, pero no del surgimiento de una insurgencia", insistió Valenzuela para matizar así las declaraciones que pocas horas antes había ofrecido la secretaria de Estado.
En este sentido, el zar antidrogas, Gil Kerlikowske, también medió ayer en la polémica al asegurar que "yo sería muy cauteloso" al caracterizar a los cárteles de la droga como una insurgencia. "Yo diría que hay preocupación por la utilización de coches-bombas, pero eso no puede trasladarse automáticamente a la acción de una insurgencia".
En lo que sí coincidieron los principales responsables de la política exterior en el Hemisferio es en la necesidad de seguir respaldando al Gobierno de México, en una lucha que ha puesto a prueba a las instituciones del Estado mexicano:
Por eso, justificó Clinton, "estamos trabajando muy duro para asistir a los mexicanos en la mejora de sus cuerpos de seguridad y de Inteligencia; en reforzar su capacidad para detener y procesar a todos aquellos que son arrestados.
"Y yo en lo personal le doy al presidente (Felipe) Calderón, las más altas calificaciones por su valor y su compromiso...", dijo para refrendar así la estrecha colaboración de Estados Unidos y México en el marco de la Iniciativa Mérida que estableció, por primera vez, el principio de la corresponsabilidad desde 2008.
Molesta semejanza
El ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, rechazó que en México haya situación similar a la que vive Colombia y se comprometió a que no respaldaría la instalación de bases militares de EU en territorio nacional. "Lo que nosotros no podemos permitir es un Plan Colombia en México para llegar exactamente a los mismos resultados o peores", dijo Creel.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Gobernación del Senado (PRI), Jesús Murillo Karam, secundó las palabras de Creel: "coincido plenamente en que el Plan Colombia no funciona para México".
Murillo Karam confió en que si el gobierno de Washington cuenta con información precisa sobre que los cárteles de la droga representan insurgencia la envíe de inmediato al gobierno federal o al Congreso. "Me parece grave que ese tipo de cosas vengan de allá para acá; deberíamos estar más enterados nosotros que ellos", dijo Murillo.