Ardua tarea. Los agentes de Tránsito todos los días se enfrentan al incesante tráfico vehicular, especialmente en el Centro Histórico de la ciudad capital. Realizan operativos para detectar a conductores que manejan bajo los efectos del alcohol y con exceso de velocidad.
El agente de Tránsito es aquel que recibe insultos y hasta agresiones físicas al realizar su trabajo; es aquel que en muchas ocasiones es menospreciado por la sociedad cuando hace bien su trabajo; es aquel que pasa horas parado en una esquina sin importarle la lluvia, el polvo y los fuertes rayos del sol, pero lo más importante: es aquel que permite que los ciudadanos circulen a pie y en vehículos con seguridad; es aquel que previene accidentes y saca de la circulación a conductores que manejan ebrios o con exceso de velocidad; es aquel que también realiza labores de vigilancia y seguridad, y hasta en muchas ocasiones captura a delincuentes.
Ayer, se llevó a cabo un evento en el que estos elementos, ahora llamados policías viales, fueron reconocidos por las autoridades y fueron exhortados a seguir laborando con honestidad y vocación de servicio en favor de la ciudadanía, puesto que cada día, conforme crece el número de vehículos en la ciudad, son más necesarios para salvaguardar la integridad física y el patrimonio de los duranguenses.
PROMETEN MEJORAS
En el evento, el Alcalde de Durango prometió una recategorización de puestos, un comedor en las instalaciones de la corporación, un gimnasio, prestaciones para mejora de vivienda, además de entregarles regalos y reconocimientos a todos los agentes. Asimismo, se hizo una mención especial a los agentes que se adelantaron en el camino.
Uno de los elementos que fueron reconocidos por su trayectoria y vocación de servicio fue el comandante Ricardo Barrón Rangel, quien cumplió 20 años en la corporación.
Al tomar el micrófono, Barrón Rangel conminó a sus compañeros a trabajar en beneficio de la sociedad y a dar una buena imagen de la corporación realizando su labor de una manera honesta.
COMBATEN "LA MORDIDA"
En el marco del festejo del día del Policía Vial, el comandante José Guadalupe López Carvajal, titular de la corporación, comentó que se está trabajando para evitar que algunos elementos caigan en la tentación de recibir alguna dádiva para dejar de hacer bien su trabajo.
Aceptó que hay algunos agentes que practicaban esta irregular acción, pero aseguró que hoy en día están trabajando para que los policías tomen conciencia y se den cuenta de que ninguna cantidad de dinero es más valiosa que la dignidad de su uniforme y que por uno se ensucie la imagen de toda la corporación.
Además, invitó a la ciudadanía a que interponga su queja o denuncia ante el departamento de Asuntos Internos en caso de que considere que recibió un mal trato de un agente.
Finalmente, dijo que todas las patrullas cuentan con un sistema GPS (Global Positioning System, por sus siglas en inglés) y de esta manera se puede comprobar la ubicación de una unidad en tiempo real y a posteriori en caso de que sea denunciada.
20 años de servir con honestidad
Ricardo Barrón Rangel cumplió 20 años de servicio como agente de Tránsito y comentó que durante este periodo ha pasado algunos momentos difíciles pero más episodios de satisfacción.
El comandante Barrón hace 20 años inició su labor en lo que era la Dirección de Tránsito y Transporte del Estado; estuvo cuatro años como agente de crucero y después fue comisionado al Centro de Plaqueo.
Posteriormente se incorporó al cuerpo de patrulleros, cuando la corporación fue absorbida por el Municipio.
Estuvo 11 años en el Departamento de Accidentes y después pasó al grupo de patrulleros y motociclistas.
El entrevistado, después de recorrer muchos puestos en ascenso, comentó que sigue trabajando con las mismas ganas con las que ingresó a la corporación "hay cosas difíciles y bonitas, pues en algunas ocasiones uno no pueden quedar bien con toda la gente, pero lo importante es que uno aprende muchas cosas. Es una satisfacción servir a la gente".
Barrón Rangel, originario de Canatlán, agregó que en lo familiar también ha tenido una vida satisfactoria; nacieron sus hijos y gracias a su profesión los ha sacado adelante.
Entre los episodios agradables, comentó: "Uno se siente satisfecho cuando logra solucionar un accidente o cuando localizan a un conductor que se había dado a la fuga".
Pero también hay momentos tristes, añadió, "en una ocasión me toco ver a un niño de tres años que murió bajo las llantas de un camión de ruta; también me tocó cubrir un accidente con cinco fallecidos en las inmediaciones de El Nayar".
Sin embargo, por su esposa María Luisa Hernández y sus hijos María Guadalupe, de 17 años; María Fernanda, de 13, y Jesús Genaro, de nueve, ha salido adelante ya que siempre lo han motivado, aseguró.
Finalmente, mencionó: "A pesar de que al inicio de mi trabajo no tenía mucho tiempo para verlos me entendieron y ahora, que ya puedo estar más cerca, trato de responderles y mantener la familia unida y feliz.