En lo que pareciera un capítulo más de los tradicionales enfrentamientos entre la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, dependiente de la primera, está culpando a la administración de la empresa pública del grave colapso que enfrenta. Textualmente, el informe de labores de la instancia de planeación creada hace un año, habla de escasa o nula acción en materia de exploración de nuevos campos; de cruzarse de brazos ante la "perfectamente previsible" declinación del campo súper gigante Akal del Complejo Cantarell; y de soslayar el gran potencial para la reclasificación de reservas y su consecuente producción.
Más aún, frente a la eterna disculpa de la paraestatal de falta de recursos ante un régimen tributario leonino, se aduce que "la explicación del deterioro de la industria no está ni en la disponibilidad de los recursos petroleros, ni en la disponibilidad de recursos financieros".
Más claro, pues, ni el agua. De hecho, se señala que las inversiones en exploración y explotación han alcanzado un récord histórico, pasando de 29 mil millones de pesos en 1990 a 233 mil en el 2009. Más aún, si nos vamos al escenario histórico, el flujo mayor se inició justo a la llegada de los gobiernos panistas, alcanzando 67 mil millones el 2000, 76 mil en el 2001, y 189 mil en el 2008.
A la letra, el texto señala que "observando que el presupuesto asignado a Pemex Exploración y Producción ha crecido a una tasa promedio anual de 15 por ciento en términos reales en los últimos 10 años, es difícil pensar que el deterioro de la industria nacional de exploración y explotación se explique simplemente por un problema de restricción presupuestaria".
Las entrelíneas, pues, hablan de ineficiencia de los directores generales de la empresa pública.
Y aunque el documento reconoce que en los últimos 50 años se han descubierto reservas por más de 60 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente, más del 70 por ciento de ellas fueron ubicadas hace 30 años.
De entonces, es decir 1980, a la fecha, la incorporación de reservas se ha mantenido por debajo del nivel de producción.
El lapso más exitoso se desarrolló entre 1970 y 79, cuando el volumen de incorporación de reservas, colocados en escena el campo súper gigante Akal y los campos gigantes Ku, Maloob, Zaap, Jujo-teco y Abkatún, alcanzaron un inaudito monto de 36 mil 37 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente.
En contraste, del 2000 al 2009 se integró a la suma sólo un volumen de 11 mil 364 miles de millones, apenas por arriba de los 10 mil 119 alcanzados entre 1990-99.
Así, la declinación de reservas ha sido constante en los últimos 10 años. Si en el 2000 se tenían 46 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente, al 2008 se llegaba a 33 mil, para bajar a 28 mil en el 2009, y en la perspectiva alcanzarán sólo 27 mil este año.
En sentido contrario a la ruta tradicional de las principales petroleras del mundo, Pemex, pues, ha mantenido un nivel de extracción de hidrocarburos superior a la restitución de reservas.
Se exprimió a la industria al máximo de capacidad durante el sexenio foxista y parte del actual, en un escenario de ambición desmedida para aprovechar la bonanza petrolera. El problema, naturalmente, es que la colosal derrama, calculada por los expertos en 54 mil millones de dólares, se destinó a gasto corriente en lugar de inversión en infraestructura.
La burocracia, como usted sabe, se multiplicó al infinito, sobre todo en el ámbito de mandos medios y superiores.
De acuerdo a la norma, la posibilidad de restituir reservas apunta a dos vías: descubrimiento de nuevos yacimientos, o la integral, que apunta a la reclasificación de recursos ya descubiertos.
Durante los últimos seis años la tasa de restitución de reservas por nuevos descubrimientos se ubicó en sólo 12 por ciento en promedio, en tanto la integral saltó 46 por ciento en los seis años previos.
Sin embargo, la ortodoxia aconseja que para hacer sostenible una plataforma de producción hay que llegar al 100 por ciento.
Lo peor del caso es que, anulada prácticamente la posibilidad de abrir nuevos campos, con excepción de los 46 que corresponden al Proyecto Aceite Terciario del Golfo, y sostenida la producción en los existentes desde hace 30 años, en el 2004 se inició un dramático descenso de ésta. De hecho, de los 230 campos existentes, 172 se encuentran en franco declive, lo que exige una óptima administración de los campos maduros, es decir aquellos que ya iniciaron o están por iniciar su declinación.
Sin embargo, la atención hasta ahora ha apuntado sólo a 16 de ellos. Estamos hablando entre otros, de Akal, Ku, Maloob y Oxiacaque, a los que se les está inyectando nitrógeno para empujar el petróleo a la superficie, o Balam, Cinco Presidentes, Cuichapa-Poniente y Poza Rica, a los que se inyecta agua.
La corrección de plana, el coscorrón o si lo prefiere el jalón de orejas, es patético.
BALANCE GENERAL
Como lo habíamos anticipado en este espacio, ayer se presentó en la Cámara de Diputados una solicitud de juicio político contra el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas.
La demanda, sin embargo, no la planteó, como lo había jurado, el diputado panista Javier Corral, sino el petista Mario Di Constanzo.
El dardo, naturalmente, apunta al otorgamiento de una concesión para operar una red nacional a Televisa-Nextel, pagando como contraprestación inicial 28 veces menos del valor real de ésta.
La acusación concreta contra Molinar habla de haber violado el Artículo 134 de la Constitución y desacatado diversas resoluciones judiciales que impedían cerrar el proceso de entrega de la ganga. La querella plantea la destitución inmediata del funcionario y su inhabilitación para desempeñar cargos en el servicio público.
En las telas de la solicitud que deberá ser votada por el pleno de la Cámara de Diputados, se habla de que las bases del concurso apuntaban a favorecer al consorcio, sin que se fundamentaran ni las circunstancias especiales ni las razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para establecerlas.
La denuncia apunta también al presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Mony de Swaan, y al comisionado Gonzalo Martínez Pous, quienes aprobaron el resultado del proceso.
BANORTE-IXE YA
Las señales apuntan a que será la semana próxima cuando los bancos Mercantil del Norte (Banorte) e Ixe anuncien su compromiso matrimonial que los convertiría en el tercer grupo financiero del país, superando a Santander, y sólo por debajo de Bancomer y Banamex.
Un superbanco de capital nacional compitiendo con extranjeros.
Banorte, se recordará, fue creciendo al paso de los años gracias a la incorporación a su causa de Bancrecer, el primer intermediario que le apuntó a la pequeña clientela, además de algunas casas de bolsa. A su vez, Ixe, en cuyo inicio planteaba un escenario innovador bajo la fórmula de servicio personalizado, sufrió la escisión de su participación en la Afore XXI que compartía con el Seguro Social, además de venderse su capital a un segundo grupo de accionistas.
Como usted sabe, Banorte fue señalado como el más viable comprador de Banamex en la época en que se cuestionaba la legalidad de la adquisición de un paquete de acciones por parte de la Casa Blanca de su matriz, el Citigroup de los Estados Unidos.
