Los remeros laguneros realizaron ayer un descenso del municipio de Nazas a la Presa Francisco Zarco 'Las Tórtolas', como parte de su preparación a la XLVII Gran Regata del Río Nazas.
Todo un éxito resultó el primer descenso previo a la XLVII Gran Regata del Río Nazas, realizado ayer del municipio de Nazas a la Presa Francisco Zarco "Las Tórtolas", con un recorrido de 47 kilómetros y una participación de 35 remeros, como parte de su preparación a esta competencia náutica, que tendrá lugar del 25 al 27 del presente mes.
Lo anterior fue informado por José Ríos Quistián, entrenador de los remeros laguneros, quien agregó que el descenso dio inicio a las 9:00 horas y fue de un recorrido de 47 kilómetros río abajo, partiendo del poblado de Nazas, Durango.
Añadió que el recorrido duró más de tres horas, habiendo llegado a la Presa Francisco Zarco después de las 12:00 horas sin haber sufrido accidente alguno, ya que el Río Nazas trae un buen volumen de agua y facilitó la navegación a los remeros, pues no se toparon con troncos ni ramas en esta ocasión.
El informante guió a un grupo de diez remeros principiantes, quienes harán su presentación en la XLVII Gran Regata del Río Nazas, los cuales realizaron el descenso sin problema alguno.
José Ríos Quistián comentó que el próximo domingo 13 realizarán un segundo descenso, el correspondiente a la primer etapa, de Rodeo a Nazas, Durango, con un recorrido de 57 kilómetros.
Para este segundo descenso habrán de pernoctar el sábado 12 en Rodeo, Durango, y partir a las 8:00 horas del domingo 13 con destino a Nazas, el tiempo estimado de recorrido es de cuatro horas.
Señaló que ayer sostuvieron una plática con Ubaldo Nava Moreno, alcalde de Nazas, Durango, quien ofreció apoyar al comité organizador de la Gran Regata con la alimentación correspondiente a la llegada de los remeros a esa población el viernes 25, al concluir la primera etapa.
Apuntó que el descenso de ayer en el Padre Nazas estuvo coordinado por Guillermo Armijo, presidente de la Asociación de Remeros del Estado de Coahuila. Remeros, entrenadores y padres de familia siguen trabajando fuerte para tener un evento digno y no se pierda esta tradición.