Difícil. Los infantes se van con su familia, son abandonados o los padres parten. EL UNIVERSAL
Cada año casi 40 mil niños no acompañados son repatriados desde Estados Unidos a territorio mexicano y un gran número de infantes centroamericanos es regresado desde esta nación a sus países de origen, indicó la especialista María Claudia Duque.
La investigadora de la Facultad de Enfermería de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia, subrayó la necesidad que los gobiernos no sólo atiendan y defiendan a la población que habita en su territorio, sino también a la que decidió emigrar, pues en el extranjero generalmente los expatriados son más vulnerables.
"Es indispensable entender lo que los emigrantes generan, en términos económicos, al país al que se trasladan, porque esto permite abordar de manera integral la problemática", señaló en un comunicado.
Planteó que "la propuesta es que en vez de juzgar tanto a los padres como a los menores emigrantes se analicen sus vivencias para entender y atender la situación".
Externó que se deben observar los efectos negativos y positivos de la emigración, así como los costos que implica, pues aunque los gobiernos se benefician con las remesas, la sociedad queda desprotegida.
Explicó que los infantes viven la migración de tres modos: o bien se van con su familia, o son abandonados por ésta, o el padre o la madre parten del hogar.