Los ataques a los centros educativos en el mundo aumentaron entre 2006 y 2009 respecto a los registrados en los primeros años de este siglo, reveló hoy el reporte 'Educación bajo ataque 2010', presentado en la sede de la ONU.
'La violencia parece aumentar de manera dramática, siguiendo un patrón más general de incremento en los ataques contra civiles y empleados humanitarios en años recientes', apuntó el informe patrocinado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El informe mostró que la violencia contra estudiantes, maestros, funcionarios escolares y personal sindicalizado no sólo se limita a Afganistán y Pakistán, donde recientemente se registraron ataques a centros educativos, sino que se reportan agresiones en 32 naciones.
'En algunos países, asistir a la escuela es una actividad en la vida corre peligro', declaró Radhika Coomaraswamy, representante especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el tema de niños y conflictos armados, durante la presentación del informe.
El estudio señaló que a menudo los ataques a centros escolares de un país tienen la intención de agredir al Estado. Sin embargo, indicó, también suceden casos en que el propio Estado u organizaciones paramilitares vulneran sus propias estructuras académicas para 'neutralizar a enemigos reales o imaginarios'.
El autor del estudio, Brandon O'Malley, informó que los ataques a las sedes escolares suceden además porque grupos rebeldes buscan reclutar niños para usarlos como soldados y niñas para explotarlas sexualmente.
'Hay pocos estudios, sin embargo, sobre la forma en que la violencia afecta la educación, sobre en qué medida los niños son disuadidos de asistir a la escuela o cuánto se dificulta reclutar nuevos maestros', puntualizó el experto.
O'Malley sugirió la creación de un organismo internacional que se encargue de monitorear el tema, con el objetivo de entender mejor el impacto de los ataques, así como sus causas y los medios que emplean sus perpetradores.
En América Latina, el estudio incluye ataques a centros educativos en Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, Venezuela y México, donde se reportan ataques por parte de grupos ligados al narcotráfico.
El reporte precisó que durante la última década en Colombia han muerto 360 maestros, 342 han sido amenazados, 50 viven en el exilio y 25 han sido 'desaparecidos'.