Felipe Calderón cumplirá pasado mañana cuatro años al frente del gobierno con la desaprobación de la mayoría de los ciudadanos, coinciden las principales empresas encuestadoras que en estos días hacen públicas sus mediciones anuales de desempeño gubernamental.
Incluso GEA-ISA, una empresa afín al actual gobierno, al PAN y a los intereses de ambos, consigna en su Cuarta Encuesta Nacional 2010 que tres de cada cinco mexicanos desaprueban la gestión de Calderón.
A la pregunta ¿usted aprueba o desaprueba la labor realizada por Felipe Calderón como Presidente de la República? 54% la desaprueba y 41% la aprueba. No es la primera vez, en estos cuatro años, que la mayoría lo desaprueba, pero sí el porcentaje más alto de desaprobación, ya en que en marzo pasado, en la Primera Encuesta Nacional 2010 de la misma empresa, la reprobación fue de 53%.
Al medir las acciones tomadas o emprendidas por este gobierno, GEA-ISA dice que 62% de los encuestados las desaprueba. Y del gabinete de Calderón, ni hablar, 65% reprueba a sus integrantes.
La seguridad, por otra parte, es para 49% de los entrevistados el principal problema del país, seguido por el económico con 38% de las opiniones.
En cuanto a la crisis de seguridad, 52% considera que la estrategia para combatir a la delincuencia organizada no es la mejor y que el gobierno no está logrando sus objetivos.
En cuanto a la crisis económica, 62% desaprueba las medidas tomadas por Calderón para enfrentarla, 43% califica de mala la actual situación y 24% considera que será peor el año próximo.
Esas son las mediciones demoscópicas con las que habría que ponderar el desempeño de Calderón, quien ayer reunió en el Auditorio Nacional a 9 mil invitados ante quienes destacó escenarios que sólo parecen ver él y el grupo en el poder. Es posible que el encendido tono de su discurso haya sido respuesta a los resultados de desaprobación que le comento. Por supuesto que hay resultados, pero no son espectaculares ni son una gracia, constituyen más bien una obligación mínima.
Acaso por la desaprobación -consecuencia de lo poco logrado- Calderón haya incluido en las efemérides los 10 años de gobiernos del PAN y ya gastado activo de la transición del autoritarismo a la democracia. ¿La respetó Fox en las elecciones de 2006? ¿Por qué millones de mexicanos siguen convencidos de que Calderón no obtuvo el poder legítimamente?
Por eso -y ya también con claros resortes electorales- Calderón fue tan enfático al señalar durante su discurso en el auditorio que es preciso evitar lo que llamó "la tragedia de que retorne lo antiguo, lo autoritario, lo viejo y lo irresponsable, que trae pobreza y corrupción". O sea, antes y después de mí, el diluvio.
¿Se creerá dueño de la democracia?, ¿se sentirá su nuevo apóstol?, ¿cree sinceramente que ha hecho un bueno gobierno?, ¿por qué entonces la desaprobación de las encuestas?
1. DIEGO. Este fin de semana se divulgó la versión de que Diego Fernández de Cevallos había sido liberado por sus captores, misma que después fue desmentida. Lo que aseguran fuentes cercanas a la familia es que el monto del rescate que se pagó fue de 33 millones del político. Creen que en algún lugar del centro del país fue abandonado por sus captores en muy mal estado de salud. Ninguna fuente oficial lo confirmaba hasta el momento de escribir esta columna.
2. CORRUPCIÓN. Ayer en el noticiero de Foro TV-Canal 4, el contralor interno de Zacatecas, Guillermo Huízar, me dijo que tiene perfectamente documentada la acusación de que la ex gobernadora Amalia García solicitó un préstamo bancario de 300 millones de pesos que se comprometió a saldar antes de que concluyera su gestión y no lo hizo. Banamex lo depositó el 26 de junio de este año y lo autorizó con el compromiso de que se pagaría el 20 de agosto. No fue deuda sometida a la aprobación del Congreso local y acaso esa sea la razón por el que la ex gobernadora no informó de su existencia.
Sólo se pagaron 50 millones, lo que ha encarecido el crédito para el nuevo gobierno que encabeza Miguel Alonso. El contralor sospecha que al menos 60 millones de pesos de ese préstamo fueron desviados a la campaña del candidato perredista Antonio Mejía Haro.
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