El mejor regalo. El mayor general de la Policía, Luis Mendieta (c), celebra su cumpleaños 53 con su familia a su llegada al comando de la Policía Nacional, en Bogotá, Colombia.
Tras sobrevivir casi 12 años de cautiverio en poder de las FARC y un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos el general más antiguo de la Policía y el de más alto rango en manos de la guerrilla, se reencontraron ayer con sus familias entre besos y abrazos.
Un comando especial del Ejército rescató al mediodía del domingo en un sector del departamento de Guaviare, al Sur colombiano, al general Luis Mendieta, al coronel Enrique Murillo, ambos de la Policía, y al sargento del Ejército, Arbey Delgado.
La madrugada de ayer, el Ejército localizó al teniente coronel de la Policía William Donato, quien al momento del rescate corrió en una dirección diferente a la de sus otros tres compañeros cautivos.
En poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siguen 19 uniformados.
"Reitero una oferta, si a estos integrantes de la guerrilla... abandonan la guerrilla, liberan los secuestrados, nosotros les damos todas las recompensas" judiciales y monetarias, dijo el presidente Álvaro Uribe en un discurso en Manizales, a 165 kilómetros al Noroeste de Bogotá.
El comandante de la fuerzas militares, general Freddy Padilla, dijo que el operativo comenzó a planearse luego que el 11 de marzo el Ejército rescatara a un guerrillero herido quien, dijo, le dio datos adicionales a la Inteligencia del Ejército sobre el paradero de los cuatro secuestrados.
Los cuatro rescatados llegaron antes del mediodía al aeropuerto militar de Bogotá desde una base castrense en Guaviare, y fueron recibidos entre abrazos y besos por un tumulto de parientes.
El general Mendieta narró que el domingo al mediodía estaba junto a sus otros compañeros secuestrados y ocho guerrilleros y se disponía a "celebrar", aunque no dijo exactamente cómo, su cumpleaños número 53.
De pronto, dijo Mendieta a los reporteros en el aeropuerto, escucharon disparos y los cuatro uniformados se tiraron al piso en el campamento en el que estaban desde hacía ocho días.
Más tarde en el comando de la Policía, Murillo recordó que salió corriendo y se lanzó a un pequeño río y dentro del río a un hueco del que apenas salía para respirar.
"Respiraba lo más que podía y aguantaba dentro del agua", dijo. "Cuando vi que en un momento saltaron (al agua) unos señores...y me observaron y al observarlos con los cascos y con el uniforme característico del Ejército, levanté mi cadena y les dije que era uno de los secuestrados", aseguró Murillo, quien bromeó más tarde preguntando si en la jornada había partido de la Copa Mundial de Fútbol y que quería verlo porque hace ocho años que no estaba frente a un televisor.
Con excepción de Mendieta, los otros tres ex cautivos llegaron al aeropuerto con largas cadenas atadas con un candado a su cuello. Las cadenas les fueron retiradas posteriormente en Bogotá.