Obviamente hay partes crudas, también llega a ser divertido porque tenía que crear cierta empatía con ellos (los presos entrevistados) y tratar de encontrarle el lado humano a esto...”. Jordi Rosado Conductor
México, df.- Luego de un año y medio de labor, primero para convencer a las autoridades y luego a los reclusos, por fin Jordi Rosado y su equipo del programa Está Cañón lograron realizar un programa dentro del Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, donde con el tono divertido de la emisión abordarán temas tabús de lo que se vive dentro de los centros de rehabilitación.
El también productor de la emisión, que se transmite todos los martes a las 21:30 horas por Unicable, explicó que fue una experiencia “padrísima”, pues no es fácil grabar un programa dentro de un centro penitenciario, primero porque las autoridades temen que pongan al descubierto sus fallas y segundo porque los reclusos llegan a desconfiar.
“La idea surgió desde hace dos años, creo que la vida en la cárcel es un mito porque nadie o muy poca gente tiene acceso a lo que sucede dentro, y creí que sería extremadamente interesante hablar de eso con las personas que viven ahí.
“Vamos a tocar temas como la primera noche ahí, si es verdad que violan a los violadores, si hay bandas, si es mejor defenderse o no, cómo es una noche de Navidad, las visitas conyugales, si hay planes de fuga, quiénes son los jefes, qué pasa en las regaderas, en fin, todos esos rumores que surgen alrededor de estos centros”, aclaró.
Una ardua labor
Rosado agregó que los mayores retos para llevar a cabo esta proyecto fueron, en primer lugar, conseguir los permisos necesarios de las autoridades, tarea que les llevó prácticamente año y medio, ya que no fue fácil venderles la idea, y en segundo lugar convencer a los internos de participar, porque son ellos los invitados en esta ocasión.
“No fue nada fácil conseguir la colaboración de la gente que está al frente del reclusorio porque no entendían el concepto del programa, además es muy difícil grabar dentro de la cárcel cuando normalmente no puedes ni meter un celular o vestirte de cierto color, pero finalmente logramos convencerlos.
“El segundo reto fue encontrar a nuestros invitados, nos sentamos a platicar con muchos internos y les explicamos de qué se trataba, les dije ‘yo lo que quiero es preguntarles esto, obviamente no les puedo aplaudir, pero tampoco voy a juzgar.
Necesito dos cosas: que no tenga problema en que se vea su cara y que contesten con la verdad’, luego les aclaré que no soy periodista, sino un conductor y que la idea a fin de cuentas era hacer algo divertido.
“Entrevistamos como a 50 internos, de ahí hicimos una primera selección de 20, y finalmente elegimos a los cinco que salen en el programa, aunque obviamente hay partes crudas también llega a ser divertido porque tenía que crear cierta empatía con ellos y tratar de encontrarle el lado humano a esto, que además es lo que trato de hacer en cada programa: divertir, entretener y mandar un mensaje”, afirmó el ex conductor de Otro rollo.
Agregó que está orgulloso de su equipo, pues pese a tres negativas de las autoridades nunca se rindieron y siguieron intentándolo, hasta que finalmente lograron los permisos, para dar forma a este sueño.