Tragedia aérea. Restos del avión Túpolev-154 en el que viajaba el presidente polaco, Lech Kaczynski, y otras 95 personas, entre ellas más de una veintena de altos cargos políticos y militares.
Por lo menos dos pasajeros visitaron la cabina del avión del presidente polaco Lech Kaczynski antes que se estrellara el mes pasado y otros pudieron conversar en sus teléfonos celulares durante el vuelo, posiblemente afectando la navegación mientras la tripulación enfrentaba una niebla espesa sobre terreno escarpado.
Esos son algunos de los detalles revelados ayer por funcionarios rusos y polacos que investigan el accidente del 10 de abril en que murieron el presidente, su esposa y otras 94 personas en las afueras de la ciudad rusa de Smolensk. El informe preliminar no determina la causa del accidente.
Rusia y Polonia han mantenido relaciones tormentosas y la difusión de un informe incompleto puede tener la intención de ambas partes por demostrar cooperación y franqueza.
Alexei Morozov, titular de la comisión técnica del Comité Interestatal de Aviación ruso, dijo que entre las cuestiones que requieren mayor investigación figuran si el terreno escarpado en los alrededores del aeropuerto militar de Smolensk distorsionó la lectura en los instrumentos.
El avión se precipitó en una hondonada a 15 metros por debajo del nivel de la pista, a sólo un kilómetro de distancia.
"La presencia de esta hondonada puede tener una influencia natural en la lectura del altímetro", dijo Morozov. "Este es uno de los temas que estudia la comisión técnica".
Agregó que el grupo investiga si el uso de teléfonos celulares a bordo del Tu-154 afectó su navegación.
El detalle más intrigante fue que los grabadores revelan en la cabina las voces de dos personas que no pertenecen a la tripulación. Las autoridades dijeron que desconocen a una de las personas, no quisieron identificar a la otra y no informaron lo que dijo cada uno de ellos.