En la doctrina del derecho constitucional, existen algunas instituciones novedosas que últimamente han estado causando curiosidad entre la ciudadanía, porque tienden a favorecer su posición frente al Gobierno.
Esas instituciones constituyen en conjunto un paquete de gran alcance dentro de los textos actuales y algunas legislaciones estatales ya las han incluido en sus leyes.
Tres de ellas, son las más socorridas en la normatividad actual y sólo una se había quedado rezagada, por las razones que veremos a continuación.
Las primeras son: El plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular.
El plebiscito se utiliza para someter a la consideración del pueblo las decisiones importantes de Gobierno. Consiste en recurrir a la opinión de la ciudadanía para saber si está o no de acuerdo con la decisión que se va a tomar.
A su vez, el referéndum, se utiliza para los mismos efectos, sólo que cuando se trata de iniciativas de códigos o leyes, se somete entonces el proyecto a la consideración del pueblo. Y esa decisión, la resultante del referéndum, tendrá que ser acatada por los órganos legislativos.
La iniciativa popular, vino a romper con la hegemonía de los legisladores, sobre las propuestas de ley que correspondía tradicionalmente sólo a ellos. Se abrió así, la posibilidad de que los particulares pudieran presentar ante los congresos iniciativas de ley.
Estas tres instituciones, por ejemplo, están contempladas en la legislación de Coahuila desde hace algunos años.
Pero la revocación del mandato, el cuarto punto de ese paquete, había sido soslayada por el legislador y ningún funcionario de elección popular se había atrevido a ponerle el "cascabel al gato", quizá pensando en que podían ser los primeros sujetos a esa institución.
Hace tan sólo unos días, la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, presentó la propuesta para legislar sobre estas instituciones, incluida la revocación del mandato.
La misma consiste en que el pueblo, que eligió a un gobernante, o a un diputado o senador, ante el incumplimiento de sus obligaciones, puede ser removido del cargo antes de completar su período de gestión.
De esa manera, no será necesario esperar tres o seis años para que un mal funcionario salga del cargo, si no está trabajando bien, el pueblo que lo puso, lo puede quitar mediante votación popular. El pueblo se lo dio, el pueblo se lo quitó.
La iniciativa acaba apenas de iniciar su proceso legislativo, pero es casi seguro que llegue a aprobarse, porque hay coincidencia de criterios entre el PRI y el PRD.
Ese proyecto, establece que para pedir la remoción de un funcionario, basta que lo pida el 15 por ciento del padrón electoral de que se trate. Si es contra el presidente de la república, el 15% del padrón nacional; que un gobernador, el 15% del padrón estatal o un alcalde, igual porcentaje, pero del padrón municipal.
La posibilidad incluye, desde luego, también a diputados federales, locales y senadores.
Las bases del procedimiento, en su caso, serían establecidas por el IFE o los institutos locales electorales, a fin de darle certeza y certidumbre a los procesos.
Y en al caso del presidente de la república, su remoción establece la iniciativa, no podrá pedirse antes de que se cumplan los tres años de su mandato, lo cual me parece incorrecto, porque el pueblo no tiene por qué aguantarse tres años, si se comprueba que el presidente no es apto para el cargo. Pero así va la iniciativa.
Si la iniciativa procede, se reformarán los artículos 74, 76 y 109, de la Constitución federal y con ellos tendrán que reformarse obligadamente las disposiciones estatales. Para ello, los congresos locales dispondrían de un año para hacer sus respectivas reformas.
En este contexto, es posible que en muy poco tiempo la ciudadanía cuente con un instrumento para defenestrar a los malos o incompetentes funcionarios, lo que desde luego, significa un avance importante.
Circulan asimismo, otras propuestas que en su momento ameritarán comentarios, como es el caso de otorgarle la facultad al Senado de ratificar a los secretarios de Estado, la cual tiene sus bemoles.
Pero ésa es otra historia. Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".