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Revolución Fallida: 100 Años de lo Mismo

Mauricio Abbadié Rodríguez

¿Cómo podemos evaluar el desarrollo de nuestro país a raíz de las batallas llevadas a cabo durante la Revolución Mexicana? Me resulta un tanto irónico ver que 100 años después de la publicación del Plan de San Luis y el consecuente levantamiento armado, la situación que se vive actualmente en México no diste mucho de aquella que se vivía en 1910. No se puede negar el avance que se dio en la década de 1940 a raíz de las reformas instauradas durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas; sin embargo, los eventos de represión ocurridos casi treinta años después hirieron de forma inmisericorde la estabilidad y el crecimiento de nuestro país.

Haciendo el punto de comparación de 1910 a nuestros días, podemos observar que aún existen similitudes muy grandes en el estilo de vida de antaño al que se observa actualmente. Un ejemplo más que obvio de ello es la concentración del capital en pocas manos: En 1910, un pequeño grupo de familias poseía el control sobre el capital nacional y más del 96% de la población mexicana trabajaba tierras que no les pertenecían. En 2010 se vive un fenómeno similar, pues son pocas las empresas que concentran el capital del país, llegando incluso a monopolizar una buena cantidad de servicios que la ciudadanía emplea o consume, como es el caso de los medios de comunicación.

La mano de obra permanece en un estado de sobre-explotación, cosa que no ha cambiado desde las épocas de la Revolución, pues los números no mienten: En México, son actualmente más de 60 millones de personas viviendo en alguna situación de pobreza, y el reciente aumento de impuestos al I.V.A., a las telecomunicaciones y a los productos de la canasta básica impiden el establecimiento de una vida digna para las familias mexicanas. Cabe mencionar de igual forma que los pronósticos de desempleo para el segundo semestre de este año arrojan cifras alarmantes, hablando de una pérdida de más de 650,000 plazas.

Pero quizás el retroceso más grande que se ha dado sea en materia de educación y cultura: Se manejan cifras de 33.4 millones de mexicanos que poseen desde estudios profesionales inconclusos hasta un nivel total de analfabetismo, mientras que menores de edad de un rango entre 5 y 17 años forman parte de la fuerza laboral del país. Las expresiones culturales mexicanas, ricas en diversidad y en formatos se están perdiendo a raíz de la castellanización de los grupos indígenas, lo que pone en riesgo su identidad cultural y su permanencia en la historia nacional a favor del mestizaje y la homogeneización de la educación. Vivimos en una época en la cual la comercialización y el culto al dinero nos están orillando a dejar de lado nuestros valores y nuestra educación cívica y social, y desgraciadamente, son esas actitudes las que poco a poco nos van despojando de nuestra identidad como pueblo y nos están llevando hacia una espiral descendiente de conformismo y homogeneidad, como en el libro de George Orwell, 1984.

En el margen de la “ceremonia” de honra a los caudillos de la Independencia, el presidente Felipe Calderón dijo que la “generación del Bicentenario” tiene la responsabilidad de preservar la libertad por la cual lucharon y murieron millones de personas. 100 años después de la última gran guerra que vivió nuestro país, y en base a lo expuesto en este artículo, me pregunto: ¿Realmente existirá esa libertad?

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