Vaqueros Laguna sufrió el miércoles anterior una de las derrotas más dolorosas en su historia, que inició en 2003. La ofensiva naranja despedazó a Roberto "Metralleta" Ramírez con seis carreras en la primera entrada, pero eso no fue suficiente para el triunfo, los Diablos Rojos del México vinieron de atrás e incluso tomaron ventaja, el juego se empató a siete con otro cuadrangular de Daniel Fornés. A partir de entonces el juego vivió momentos muy especiales que dan para el comentario.
Alberto Manrique relevó desde la sexta entrada, José Luis "Borrego" Sandoval inició la octava con sencillo y Gabriel Gutiérrez lo avanzó con toque de sacrificio. Ahí vino una decisión fundamental, al traer del bullpen al zurdo Óscar Félix, que dio pelotazo a Eduardo Arredondo y base por bolas a Óscar Robles. Otro movimiento clave se dio al traer del bullpen a Carlos Gutiérrez, en el turno de Manuel Vélez, porque Mako Oliveras acertó al traer como emergente a Mario Valdez, y el zurdo respondió con elevado profundo al izquierdo que impulsó la octava carrera escarlata; la anotación de la diferencia llegó después en ese doble robo que permitió anotar a Iván Terrazas.
Vaqueros Laguna tiene en el bullpen novatos zurdos que no están listos para encarar situaciones apremiantes como las de ese partido, por lo cual era riesgoso mover de la loma a Alberto Manrique en tales circunstancias. Con Óscar Félix en la loma de pitcheo era seguro tener en turno a Manuel Vélez, pero al traer un derecho se dio la lógica y Mario Valdez apareció en la caja de bateo; el zurdo de Ciudad Obregón representa mucho más peligro que Manuel Vélez, por lo que enfrentar a este último era lo más indicado. Así, esa decisión abrió la puerta a dos carreras, apenas suficientes para que Esteban Yan mantuviera la ventaja escarlata.
Luis Enrique Nieblas tuvo un debut afortunado con Vaqueros Laguna en esta serie ante los Diablos Rojos del México, el receptor naranja estuvo muy activo en el segundo del compromiso; en la primera entrada conectó triple de tres carreras que explotó al "Metralleta" Ramírez, y en la octava repitió el batazo de tres esquinas, ahora sin gente en los senderos. En ese octavo capítulo Nieblas pudo anotar con un lanzamiento descontrolado de Marco Antonio Duarte, pero se mantuvo en la antesala. El mismo Nieblas fue protagonista en el doble robo que permitió la carrera de la diferencia. Ambas jugadas del receptor lagunero son de esas que obligan al jugador a tomar una decisión en décimas de segundo.
Factor determinante fue que Demetrio Gutiérrez no haya mantenido la ventaja de seis carreras, la cual se esfumó con cuadrangular solitario de Japhet Amador y sencillo productor de dos de Eduardo Arredondo, todo esto en la segunda entrada. El propio Amador produjo una con sencillo en la tercera para explotar a Demetrio, y en la cuarta los Diablos Rojos tomaron la delantera con tres más; Eduardo Arredondo trajo una con sacrificio al central y dos más cayeron con cuadrangular de Roberto Saucedo por el izquierdo-central.
Don Guillermo Garibay Fernández (q.e.p.d.) decía que en el beisbol sólo hay dos jugadas, la que sale y la que no, en este caso a Derek Bryant no le salió, aunque sí se le ha dado en otras ocasiones, como aquellas dos de squeeze play consecutivas en Monterrey. Los dos primeros juegos de la serie ante los Diablos Rojos del México demuestran que Vaqueros Laguna está en condiciones de pelear al tú por tú contra cualquier equipo y en el terreno que sea. Situaciones como aquellas 13 carreras de la primera entrada en el Foro Sol son accidentes que suceden a cualquier novena. Hoy el equipo escarlata muestra un plantel redondo, sobre todo en su ofensiva, ya que a pesar de la lesión de Carlos Valencia, en el primero de la serie estuvieron en la banca Iván Terrazas, Manuel Vélez, Japhet Amador y Víctor "Flamingo" Bojórquez.
La directiva de Vaqueros Laguna no duerme en sus laureles y ya están aquí dos refuerzos, uno (Luis Enrique Nieblas) se hizo presente de inmediato con gran trabajo atrás del pentágono y buena ofensiva, mientras que hasta ayer Ramón Valdez sólo tenía un turno al bate. Parece evidente la necesidad de otro abridor que tal vez tenga que ser extranjero, por lo que surge la pregunta lógica, ¿a quién sacrificar? Difícilmente saldrá alguno de los lanzadores, a menos que sea por otro pitcher; también suena ilógico prescindir de un bateador que le da a la bola arriba de los .400 de promedio. La toma de decisiones adecuadas se vuelve a presentar en el seno de la organización naranja.
Claudio_deportes@yahoo.com