Del 29 de noviembre al 10 de diciembre se llevará a cabo en Cancún la Conferencia sobre Cambio Climático (COP 16), de la que, según sea el interlocutor, se esperan retrocesos o avances importantes en relación a lo ocurrido el año anterior en Copenhague. Esta ambivalencia siempre estará presente, se ha convertido ya en una característica habitual de dichas reuniones. En lo que a mí respecta, le apuesto a que por fin se lleven a cabo los acuerdos que desde hace tiempo fueron signados, es decir que a cabalidad se cumplan las obligaciones que tienen los países desarrollados de apoyar a países en desarrollo. No hay que olvidar que la serie de mecanismos que hasta ahora se han expuesto contemplan no sólo la reducción de gases de efecto de invernadero de los países industrializados, también se incluyen las medidas compensatorias que consisten en acciones concretas como la reforestación y conservación de la biodiversidad en los países pobres. Si bien esto parece lógico y factible, resulta por otro lado riesgoso ya que, de continuar con este enfoque los países desarrollados conocidos en el Protocolo de Kyoto como los países del Anexo I, continuarán con sus emisiones y con el calentamiento de la atmósfera, mientras que los países pobres que no pertenecen al Anexo I, seguirán recibiendo los efectos del cambio climático, tales como huracanes y tormentas de gran intensidad que ocasionan deslaves e inundaciones que destruyen ciudades enteras y por desgracia pérdidas humanas. Este es un aspecto que no se contempla en los mecanismos compensatorios, resulta por tanto hacer propuestas relacionadas con apoyos para la construcción de resiliencia que permita a las poblaciones más vulnerables, mejorar notablemente su capacidad de adaptación al cambio climático.
Los organizadores de la COP 16 han realizado consultas a académicos, asociaciones civiles, cámaras empresariales, entre otros actores, para recibir propuestas y llevarlas a la Reunión de Cancún. En días pasados, le tocó el turno a la Universidad Autónoma de Coahuila en la Unidad Torreón, en donde, el licenciado en Ciencias Químicas, José Manuel Martínez Gallegos, coordinador de la Unidad, ofreció todo su apoyo y compromiso para que las Jornadas Académicas “Cambio Global: orígenes consecuencias y acciones de adaptación” fueran fructíferas en aportaciones y propuestas. Junto a la Coordinación de la Unidad Torreón los cuerpos académicos de la Facultad de Ingeniería Civil, de la Facultad de Administración Fiscal y Financiera, de la Escuela de Ciencias Biológicas, así como de Contaduría y Administración, coadyuvaron en la organización de tan importante evento.
El excelente nivel que mostraron las Jornadas Académicas quedó de manifiesto con la participación como conferencista magistral del Dr. Edmundo de Alba, Premio Nobel de la Paz 2008 que fue el vicepresidente del Grupo II del Panel Intergubernamental Contra el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).
Esperamos que las propuestas hayan sido abundantes y pertinentes, tomando en cuenta que no hay reversa, que los efectos del cambio climático se mostrarán gradualmente y de manera intempestiva en las zonas más vulnerables.
Los organizadores de la COP 16 han realizado consultas a académicos, asociaciones civiles, cámaras empresariales, entre otros actores, para recibir propuestas y llevarlas a la Reunión de Cancún. En días pasados, le tocó el turno a la Universidad Autónoma de Coahuila en la Unidad Torreón, en donde, el licenciado en Ciencias Químicas, José Manuel Martínez Gallegos, coordinador de la Unidad, ofreció todo su apoyo y compromiso para que las Jornadas Académicas “Cambio Global: orígenes consecuencias y acciones de adaptación” fueran fructíferas en aportaciones y propuestas.