¿Sábado placentero?

Radiografía Política / Que Se Va Oliverio Se disiparon las dudas sobre la celebración del magno concierto de Plácido Domingo mañana sábado por la noche en la Velaria de la Feria, pero ahora es al interior del grupo organizador donde, según trascendió, comenzaron a surgir discrepancias.

Resulta que la gente de Eduardo Escobar Saracho, quien debe ser el comandante en jefe de toda la organización de este evento, anda con cierta incomodidad porque desde hace algunas semanas se incrustó en ese selecto grupo el doctor Francisco Fournier, director general del DIF, y está siendo parte de todo lo relativo al concierto del tenor español.

Durante estos últimos tiempos, el funcionario estatal ha encontrado en la organización de eventos artísticos una nueva faceta que le ha dado buenos dividendos a esa dependencia y esa nueva "cualidad" la están tratando de aprovechar al máximo en este último tramo del sexenio, al grado de que Fournier Drew atenuó lo relativo a la atención a ciertos programas de asistencia social para ser parte de la organización de esa noche de gala con Plácido Domingo.

Y si las cosas entre Escobar Saracho y Fournier Drew anduvieran medio tensas, producto de "quién es quién", los que también se sienten desplazados son los funcionarios del Instituto de Cultura del Estado, respecto de todo lo concerniente al evento, del que deberían ser parte.

Así que, además de generarse alguna polémica en el entorno político con esa petición que le hiciera al tenor español la oposición para posponer su presencia en esta ciudad, ahora estos funcionarios medio que se sacan la lengua, claro, siempre a las espaldas unos de otros, cada vez que encuentran la ocasión propicia.

Es persistente el rumor de que Oliverio Reza Cuéllar, secretario General de gobierno, está a punto de dejar esa posición "por motivos de salud". A este duranguense de trayectoria en la función pública estatal, que prácticamente ha recorrido todos los cargos importantes en el terreno de la seguridad y la procuración de justicia a lo largo de varios sexenios, no le dan muchos días en esta administración estatal.

No obstante que le resta poco más de un mes a este régimen, al Secretario General de Gobierno, según se menciona, no está dispuesto a continuar hasta el final, porque no siente que no tiene ninguna necesidad de seguirse exponiendo a señalamientos y críticas por ser el responsable de la política interior estatal, pero no por faltar a su ética profesional.

Efectivamente, a Oliverio se le ha conocido siempre como un funcionario eficaz, responsable y honesto. Vive sin lujos, nunca se le ha visto con chofer y ni cuando fue procurador de Justicia o jefe policiaco tuvo guardia personal.

Resulta muy difícil que alguien pueda acusarlo de algún acto de prepotencia y mucho menos que haya incurrido en algún acto de mínima corrupción, por lo que no merece andar ahora en escándalos de índole nacional o internacional cuando lo más probable es que sea ajeno a todas esas severas críticas. En aras de mantener su imagen de funcionario honesto y servicial, le convendría a este Secretario General de Gobierno "enfermarse" ya y esperar mejores oportunidades.

 TIEMPOS DE INFORMES Ahora que termina un trienio y un sexenio, quienes se encargarán próximamente de los destinos de esta capital y del estado deberían replantearse la necesidad de terminar con la pomposa celebración de esos informes de las presidentas de los sistemas DIF que implican un gasto innecesario a las finanzas de todos y contribuyen en muy poco con los gobernados, aunque no se niega el trabajo realizado.

La figura de presidenta del DIF, estatal o municipal, en realidad carece de atribuciones legales, por lo que en ningún momento está obligada a informar sobre el trabajo realizado a lo largo de un determinado periodo; en cambio, genera un gasto muy poco conveniente en este tiempo de crisis y un manejo mediático que no propicia el interés ciudadano.

Claro está que los DIF como entidades gubernamentales reciben y manejan recursos públicos y eso los hace fiscalizables, es decir deben rendir cuentas de lo que hacen, pero para ello no es necesario que organicen un evento meramente social.