Sabías que...

DEL AGUA A LA RED

Si alguna vez se ha quedado esperando la respuesta a una carta que envió por correo convencional, no pierda la esperanza en que ésta puede llegar, aunque quizá tarde 33 años, como le ocurrió al belga Olivier Vandewalle, quien en 1977 lanzó al agua de las costas británicas una nota dentro de una botella. Recientemente Vandewalle -hoy de 47 años y padre de dos hijos- recuperó su mensaje a través de la red, pero no una de pesca sino virtual, pues la inglesa Lorraine Yates lo localizó a través de Facebook para informarle que encontró la misiva en Swanage, al sur de Inglaterra. La hoja se conservó en excelentes condiciones gracias a que el padre de Olivier sugirió sellar el corcho con la cera de una vela.

¿DÓNDE ESTÁN, WALLYS?

Sin duda usted ha buscado a Wally al menos una vez. Desde su aparición en 1987, este célebre personaje ha cosechado a un sinfín de seguidores, e incluso consiguió que se instituyera un récord Guinness en su honor, al mayor número de personas vestidas como él. Tal logro lo alcanzó en 2009 la comunidad estudiantil de la Universidad Rutgers, en Nuevo Brunswic, Nueva Jersey, con 1,052 personas en atuendo rojiblanco. Los fanáticos que aparecen en la imagen son habitantes de Great Yarmouth, Inglaterra, quienes en dos ocasiones han tratado de romper la marca, sin conseguirlo. Su último intento fue en julio, donde fracasaron por no haber encontrado a 123 Wallys más que se unieran a la causa.

DULCES (Y LUJOSOS) SUEÑOS

¿Quién dice que es preciso ir a casa para dormir una siesta? Al menos en la capital Argentina eso ya no es necesario, pues la compañía Selfishness inauguró un ‘siestario’ en el centro financiero de la ciudad, donde los ejecutivos bonaerenses pueden pasar hasta 45 minutos ‘en brazos de Morfeo’ por tarifas a partir de los 100 pesos argentinos (poco más de 300 mexicanos). Las camas se encuentran en cabinas acondicionadas para variar la intensidad y el color de la luz, y según el costo los servicios pueden incluir aromaterapia, un entrenador que ayuda a conciliar el sueño con ejercicios de visualización y relajación, o el consumo de un té elegido por una reconocida sommelier.