Es el diablo en las Liguillas. Pausado, paciente e incómodo, el Toluca aguarda la ocasión y luego asesta el dañino golpe. El chiste es que del otro lado está su par: un Pachuca sin prisas y decidido a no dejarse sorprender, antes de caer en la trampa. La historia culmina en un vibrante 2-2 en el estadio Huracán, que deja a los hidalguenses con la misma obligación que tenían hoy: ¡ganar! Mas ahora tendrán que hacerlo el sábado en el infierno del “Nemesio Díez”, si aún aspiran al título.
Todo para despachar la serie de semifinales entre blanquiazules y rojos, que el próximo fin de semana dará uno de los boletos a la gran final del Bicentenario 2010.
De inicio, ninguno de los dos equipos con más títulos en los últimos años dejó de luchar. Duro y dale, Pachuca y Toluca cerraron primero la puerta, mas luego reservaron las emociones para el complemento, en el que cayeron los goles.
Así, luego de mucho estudiarse, Tuzos y Diablos Rojos apenas dan visos de querer inquietar a partir del minuto 19. “El Pájaro” Édgar Benítez pone a prueba a Alfredo Talavera, aunque el susto mayor lo dan los rojos, cuando, al 31, Calderón ensaya un disparo cruzado que por poco encuentra las redes de Rodolfo Cota.
El primer lapso es, más bien, de bostezos y escasas aproximaciones. Tanto así que los aficionado se desesperan. Y es que la fórmula, idéntica en ambas caras, logra anularse al extremo. Hidalguenses y choriceros parten con línea de cuatro, arropada con par de contenciones y de volantes ofensivos, además de un creativo atrás del solitario centro delantero.
Así lo reciente la tribuna, con todo y que en los primeros minutos la posesión le favorece a los de casa.
El complemento al fin genera decepción, pasión e ilusiones. Todo a partir del madruguete, a balón parado, de los endiablados. Desde el callejón izquierdo (46) Sinha cobra una infracción. El balón, a primer poste, encuentra el anticipo de Diego Novaretti, quien prolonga el balón y lo coloca a segundo palo, donde aterriza para enmudecer a la afición local.
Instantes después (51), el chileno Mancilla escapa solitario rumbo al marco. En última instancia lo derriba Muñoz Mustafá y el silbante apenas amonesta al zaguero del Pachuca, cuando la cartulina ameritaba otro color, mientras, desde la banca, “El Chepo” José Manuel de la Torre, no lo puede creer y protesta yéndose a sentar y alaciándose el cabello, últimamente tan maltratado por sus berrinches.
El 1-1 llega pronto (60): Damián Álvarez envía un centro desde el callejón izquierdo, desvía con la testa Damián Manso y el balón golpea el segundo poste, de donde rebota para que el propio Manso lo empuje.
Mas en una acción similar (80) a la de su primer gol, el Toluca vuelve a tomar ventaja. Sinha cobra otra infracción por izquierda y por aire se impone Héctor Mancilla para darle ventaja (1-2) a los pingos. Y en la agonía (85), cuando ya la historia parecía de color rojo, Juan Carlos Cacho caza un balón al área, el cabezazo visita el poste y el rebote es de Cvitanich, quien empuja con la testa.
Viene lo mejor: Toluca tiene la palabra, el empate le basta… Pero al Pachuca nunca se le debe dar por muerto.
