Destrucción. Un hombre observa los escombros de una vivienda en Santiago de Chile. FOTOGRAFÍAS DE EFE Y AP
Uno de los mayores terremotos jamás registrados destruyó casas, puentes y autopistas en el Centro de Chile, matando al menos a 300 personas y provocando un maremoto que avanzaba a gran velocidad por el Océano Pacífico.
El terremoto de magnitud 8.8 llegó a sentirse hasta en Sao Paulo, en Brasil, a unos 2,900 kilómetros al Este. Aún no están claros los daños, ya que varias réplicas sacudieron la nación andina, uno de ellos casi tan poderoso como el que devastó a Haití el 12 de enero.
La presidenta Michelle Bachelet, envió un "mensaje de tranquilidad, ánimo y esperanza" a todo el país, hablando por radio y televisión.
"Una vez más se pone a prueba la capacidad nuestra para enfrentar la adversidad y ponernos nuevamente de pie", dijo.
La presidenta señaló hasta ahora se informa de 300 muertos, 15 desaparecidos y dos millones de damnificados.
Agregó que el violento sismo afectó a Chile desde la septentrionjal Antofagasta hasta la región de Los Lagos, "donde vive el 80 por ciento de la población" chilena.
"Fue una catástrofe de devastadoras consecuencias".
Bachelet tuvo una primera reunión dos horas después del terremoto en la madrugada del sábado para coordinar las acciones necesarias de ayuda a la población afectada.
Luego visitó por vía aérea varias de las regiones afectadas.
Bachelet agradeció la solidaridad de los jefes de Estado de México, Estados Unidos, Rusia, Argentina Bolivia, España, entre otros.
Anunció que el año escolar que debía comenzar el lunes, fue aplazado hasta el 11 de marzo, justamente cuando entregará el poder al presidente electo Sebastián Piñera. También dijo que se suspendía todos los activos masivos por 72 horas.
"Estamos trabajando para normalizar la situación en el país. Ha sido un sismo de tremenda magnitud y será ardua la tarea para enfrentar la emergencia y la reconstrucción", señaló.
"Una vez más, ¡fuerza Chile!" exclamó, evidentemente emocionada.
Poco a poco se reanudaron servicios en el país, pero casi un tercio de la zona de la capital y localidades periféricas, donde vive el 40% de los 17 millones de chilenos, estaba sin luz, los semáforos apagados en su mayoría, el Metro no funcionaba y el transporte público aún era escaso, según reportes oficiales.
El ministro de Interior Edmundo Pérez Yoma, calificó el terremoto como "devastador", pero la presidenta aclaró que "el sistema está funcionado. La gente debe permanecer en calma. Nosotros estamos haciendo todo lo que podemos con todas las fuerzas que tenemos. Cualquier información se las compartiremos de inmediato".
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones René Cortázar, pidió a los chilenos hacer llamadas telefónicas y viajes sólo cuando sea "absolutamente necesario".
Varios edificios quedaron derruidos y las llamas devoraron una prisión. Millones de personas salieron a las calles debido a la falta de electricidad.
El ministro de Interior Edmundo Pérez Yoma, informó que al menos 214 personas murieron por el terremoto aunque dijo que aún "es difícil dar cifras precisas".
En Concepción, 500 kilómetros al Sur y una de las ciudades más afectadas por el terremoto de la madrugada, colapsó un edificio de 14 pisos y los bomberos hacían esfuerzos por rescatar a personas atrapadas.
En el archipiélago de Juan Fernández, a 660 kilómetros de la costa chilena, se reportaron 11 desaparecidos a causa de una marejada que penetró hasta tres kilómetros de tierra. Entre los muertos en la tragedia, la Cancillería de Perú dijo que dos eran peruanos.
Las autoridades intentaban llegar a todas las localidades golpeadas por el sismo y se realizaban esfuerzos de búsqueda y rescate de víctimas en toda la zona central del país.
"Estamos en pleno proceso de evaluación", declaró la directora de la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio de Interior (ONEMI) Carmen Fernández.
8.8
GRADOS
En la escala de Richter fue el temblor que se sintió en Chile.
MILLONES
De personas quedaron como damnificados.