Después del desastre. El primer ministro chino,Wen Jiabao, consuela a un niño que perdió a toda su familia.
Monjes tibetanos oraban ayer sobre cientos de cadáveres en una morgue improvisada junto a su monasterio, después que poderosos terremotos destruyeron la población de Jiegu en las montañas de China occidental y causaron por lo menos 1,144 muertes.
La prensa estatal de ese país informó de otros 417 desaparecidos, a medida que se cumplía el plazo de 72 horas que se considera el de mayores probabilidades de hallar sobrevivientes.
Se preveía un aumento de la cifra oficial de víctimas fatales.
Gerlai Tenzing, un monje de túnica roja del monasterio de Jiegu, calculó que habían transportado un millar de cadáveres a un claro de la ladera bajo el monasterio. Dijo que era difícil dar una cifra precisa porque los familiares retiraban los cuerpos de sus seres queridos a medida que los reconocían. Cientos de cuerpos estaban preparados para una cremación en masa ayer por la mañana.
Un monje de 22 años llamado Genqiu dijo que era imposible celebrar los funerales tradicionales para todos los que habían muerto en el desastre natural, y que consisten en descuartizar el cuerpo para que lo devoren los buitres. "Los buitres no pueden comerlos a todos", dijo el religioso.
La televisora central china informó que una niña tibetana de 13 años fue hallada con vida bajo los escombros del Hotel Minzu cuando un perro entrenado alertó a los rescatistas.
La niña, identificada como Changli Maomu, fue rescatada después que una grúa alzó un gran bloque de concreto.
Recibió tratamiento médico y su estado era bueno.
Los rescatistas estiman que entre el 70 y el 90% de las casas de madera y adobe de la aldea se derrumbó durante los terremotos del miércoles en la provincia occidental de Qinghai.
El más fuerte fue de magnitud 6.9 según el Servicio Geológico de Estados Unidos y de 7.1 según la autoridad sísmica china. La agencia Xinhua informó ayer que la cifra oficial de muertos ascendía a 1,144, y de heridos a 11,477, de los cuales 1,174 se encontraban en estado grave.