Pedro Cortez Contreras se convirtió en el minero número 31 en ser rescatado luego de permanecer junto con otros 32 compañeros más de dos meses a 700 metros de profundidad en la mina de San José en el norte de Chile.
Su hija fue quien lo recibió luego de permanecer bajo tierra por más de dos meses. El reencuentro fue sumamente emotivo luego de un largo abrazo que se mantuvo mientras soltaba dos globos con la bandera de Chile.
Cortez Contreras tiene 25 años, está separado y tiene una hija. Estuvo en la mina junto con su amigo de la infancia, y también minero, Carlos Bugueño, quien fue el trabajador número 27 en salir.
Darwin Cortez, su hermano, dijo al periódico El Mercurio, que Pedro trabajaba en la mina operando la Magnitud, un vehículo usado para transportar carga. Hace un año perdió un dedo en operaciones mineras.
Bajo tierra, se ocupó del manejo tecnológico para el contacto con la superficie. Sus conocimientos de electricidad le permitieron encargarse de las comunicaciones y de cuidar que los equipos de telecomunicación funcionaran, así como la televisión para ver partidos de futbol.
Su hija María Paz, de 7 años, pedía "que salga de la mina antes de mi cumpleaños, que es el 20 de octubre", sueño que se cumplió.
Las labores de rescate continúan, sólo faltan dos mineros más, Ariel Ticona y Luis Urzúa, además de cinco rescatistas.