Ariel Ticona es el penúltimo minero en ser rescatado de la mina de cobre en San José al norte de Chile, que colapsó hace más de dos meses y lo obligó a permanecer junto con otros 32 compañeros a 700 metros debajo de la superficie.
Ticona tiene 29 años, está casado y tiene tres hijos. Su esposa fue quien lo recibió en superficie, mientras miles de chilenos celebraban el rescate en la plaza de la ciudad Copiapó, de donde 29 trabajadores de la mina son originarios.
Es conductor de maquinaria pesada, y mientras estuvo bajo tierra el 14 de septiembre nació la menor de sus tres hijos, a quien llamaron Esperanza, como el nombre del campamento que se instaló para salvar a los mineros.
Gracias a un video que sus familiares enviaron a las profundidades de la mina San José, Ariel pudo ser testigo del nacimiento de su hija.
Sus familiares y conocidos lo consideran introvertido, por lo que justificaron que no apareciera en el primer video que los mineros enviaron.
Su padre Héctor, justificó el rechazo de su hijo a las cámaras: "No es tímido, sino que es cortante, un poquito desabrido. No es de esos que anda haciendo cariño por ahí. Siempre ha sido así", dijo al diario El Mercurio.
Justo antes de entrar a su jornada, llamó a su esposa Elizabeth Segovia, cuando tenía casi ocho meses de embarazo, para decirle que era hora de levantarse y llevar al hijo de 6 años a la escuela. Esa fue la última vez que hablaron.
Ahora sólo falta Luis Urzúa Iribarren, el jefe de turno, que mantuvo el orden en medio de la tragedia. Después de el seguirán los cinco rescatistas que bajaron para coordinar las operaciones bajo tierra.