Juntos. Eduardo Santamarina se las arregla para convivir con los hijos que tuvo con Itatí, con los de Mayrín y con la de ambos.
MÉXICO, DF. Para Eduardo Santamarina, el Día del Padre es un trabajo de tiempo completo, pues su familia ha crecido significativamente gracias a su matrimonio con Mayrín Villanueva, a la convivencia con los hijos de ella y al nacimiento de Julia.
"La dinámica ha cambiado muchísimo, además de una forma muy rápida, pero fue algo que Mayrín y yo decidimos. Estamos muy contentos, pero es cierto que somos una familia numerosa: los míos, los tuyos y los nuestros, ¡hasta parece título de película!", comenta alegre el actor.
La pareja suele tener a cinco niños en casa: José Eduardo y Roberto Miguel, hijos de Santamarina con Itatí Cantoral; Romina y Sebastián, de Mayrín y Jorge Poza, y la pequeña Julia, la bebé de ambos. Pero ellos se las han ingeniado para establecer una dinámica que él describe como muy bonita y funcional.
"Por ejemplo, este fin de semana tendremos casa llena. Cuando eso pasa, establecemos reglas y el no cumplirlas tiene una consecuencia. Los niños son niños, pero no son nada tontos, al contrario".
Pero también hay días en que ambos se quedan solamente con la bebita, que los tiene con la boca abierta a ellos y a su hermana, Romina. "Es como su muñeca: la viste, la baña, le da de comer y juega con ella todo el tiempo.
"Julia todavía no dice papá, pero ya está balbuceando. También está en la etapa de la gateada. Cada día hace cosas nuevas: gestos, ruidos y cositas que me hacen babear", afirma el actor.
Cuando están en la casa, a veces los niños se unen para hacerle la vida imposible a su hermana; entonces, Santamarina debe estar muy al pendiente.
"Los tres varones hacen equipo. Un día Romi estaba hasta el gorro de los tres y, de repente, se encerró en su cuarto. Mayrín y yo nos preocupamos, pero luego luego salió para pegar un letrero que decía: No molestar. Me encantó".
Para este Día del Padre, Eduardo tiene pensado trabajar, pues probablemente estará de gira en la obra Amores Mexicanos, en la que comparte créditos con su mujer, pero a la cual probablemente no lleve a sus hijos.
"Cuando son muchos días de gira sí vale la pena llevar a los niños, pero, cuando es una noche, es muy complicado y no se divierten. Pero siempre están las benditas abuelas que nos echan la mano".
