La brecha de ingresos entre los estadounidenses más ricos y los más pobres creció el año pasado a su mayor monto del que se lleve registro, y las cifras indican que los adultos jóvenes y los niños en particular pasaron problemas para mantenerse a flote durante la recesión.
El 20 por ciento mejor pagado de los estadounidenses _quienes ganan más de 100 mil dólares al año_ recibieron el 49.4 por ciento de todos los ingresos generados en Estados Unidos, en comparación con el 3.4 por ciento que obtuvieron por quienes estuvieron por debajo de la línea de la pobreza, según cifras del censo recién publicado.
Esa proporción de 14.5 a 1 significó un aumento del 13.6 a 1 en 2008 y casi el doble del registro mínimo, de 7.69 a 1 en 1968.
Una medida diferente, el coeficiente internacional de Gini, descubrió que la desigualdad de ingresos en Estados Unidos alcanzó su nivel más alto desde que la Oficina del Censo comenzó a registrar los ingresos por familia en 1967. Estados Unidos también tiene la mayor disparidad entre los países occidentales industrializados.
En la parte superior, el cinco por ciento más rico de los estadounidenses, aquéllos que ganan más de 180 mil dólares anuales, agregó un poco a su ingreso anual el año pasado, mostraron los datos del censo. En cambio, las familias con un nivel medio de 50 mil dólares anuales, cayeron. "La desigualdad en los ingresos está aumentando, y si tomamos en cuenta los datos fiscales, sería aún más", dijo Timothy Smeeding, un profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison que se especializa en pobreza. "Más que en otros países, tenemos una distribución del ingreso muy desigual, donde la compensación va a la cima, en una economía de 'el ganador se lleva todo'.
Los adultos con menor educación y edades de 18 a 34 años sufrieron el mayor salto de pobreza el año pasado, mientras los empleadores mantenían o contrataban a trabajadores de más edad para los disminuidos puestos de trabajo disponibles, dijo Smeeding.
Las decrecientes fortunas económicas han hecho que se duplique el número de jóvenes estadounidenses desempleados que viven con sus padres, amigos o seres queridos, dijo. A eso se suman los posibles problemas para el mercado laboral si no reciben la formación necesaria para trabajos futuros, agregó.
Los hallazgos son parte de una amplia gama de datos que la oficina del censo de Estados Unidos está publicando este mes, que han destacado el impacto de largo alcance de la reciente crisis económica.
Los efectos van desde la disminución casi récord en las tasas de movilidad y de nacimiento en Estados Unidos, hasta la postergación de los matrimonios y la primera caída en el número de inmigrantes indocumentados en dos décadas.
Retrocede confianza en EU
El índice de confianza del consumidor en Estados Unidos durante septiembre sumó 48.5 puntos, una baja respecto a las 53.2 unidades de agosto, con lo que alcanzó su nivel más bajo desde marzo pasado, informó hoy The Conference Board. La baja fue favorecida por la percepción de los consumidores de que tanto el mercado de trabajo como las condiciones para hacer negocios son menos favorables que hace unas semanas, indicó el organismo de análisis macroeconómico.
Las proyecciones de corto plazo de la economía son más pesimistas y pocos de los encuestados esperan que la situación mejore en los meses siguientes, informó el organismo en un comunicado.