Armas. El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, afirmó que la lucha contra las organizaciones delincuenciales se realiza con apego a la Ley y apoyada en instancias que garanticen la aplicación clara de la justicia, sin cobardías ni villanías. En la imagen con el presidente Felipe Calderón. ARCHIVO
El Gobierno Federal combate sin cobardías ni villanías a las organizaciones delincuenciales, aseguró el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
"México ha decidido romper los ciclos de corrupción y las relaciones indebidas que durante algún tiempo debilitaron a las instituciones republicanas, y ha decidido enfrentar y poner del otro lado de la barrera del poder a las organizaciones delincuenciales.
"Pero lo ha decidido hacer bajo la forma que una democracia está obligada a hacerlo, con respeto a la Ley y con instituciones que garanticen que esa justicia se aplique de manera clara, de manera justa, de manera equitativa, y sin cobardías ni villanías", dijo al clausurar el Quinto Congreso Nacional de Defensoría Pública, en Coatzacoalcos, Veracruz.
Es necesario, dijo Gómez Mont, que nuestro país avance hacia la priorización de la justicia como un valor fundamental de la República, para consolidar las garantías democráticas y hacer valer el sistema penal incluso por encima del "capricho de los poderosos". "Otra vez en los últimos años la justicia penal y la seguridad pública, temas a los que he estado vinculado toda mi vida como profesionista, como político, como abogado y hoy como secretario de Gobernación, vuelven a tener un aspecto central.
Gómez Mont indicó que el nuevo sistema de justicia, aprobado en junio de 2008, otorga al Estado nuevas facultades para combatir al crimen, pero al mismo tiempo lo obliga a probar plenamente las acusaciones contra un presunto delincuente.
Ante esta perspectiva, el secretario reconoció que es necesario fortalecer a la defensoría pública para que, en el marco de la reforma constitucional, se dejen atrás las "defensas de confianza" y se dé paso a las "letradas".
"En la gran mayoría de los casos hoy encontramos a los acusados con la pruebas del delito en las manos, con las armas, con las drogas, muchas veces con las víctimas, sin embargo, esa acción del Estado debe quedar debidamente registrada, documentada y sometida a la oposición dialéctica de la defensa a fin de garantizar su veracidad, su autenticidad", apuntó.