Al mes de junio de 2010, la deuda de las entidades federativas representó 61 por ciento de las participaciones federales, mientras que en 2006 era 48.7%, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
La deuda que adquieren los estados con bancos, así como con la emisión bursátil, está garantizada con sus ingresos por participaciones.
En algunas entidades, los pasivos "ya se comieron" las participaciones y representan más de 100 por ciento. En Chihuahua, la deuda es 101.2 por ciento de sus participaciones y en Nuevo León 139 por ciento, en Sonora 85 por ciento y en Quintana Roo 83%. Marco Cancino, investigador en temas presupuestales y de finanzas públicas por parte del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), explicó que las entidades federativas se están endeudando excesivamente y de manera irresponsable, situación que de frenarse, en un periodo no mayor a 5 años colapsarán las finanzas públicas del País. Acusó a los estados de tener leyes estatales a modo para contratar deuda sin ningún control real. Tampoco hay criterios que den certeza del uso que se da a los recursos recibidos vía créditos, ni tampoco las fuentes para pagar ni un tope máximo para contratar deuda, lo que provoca que los estados tengan "manga ancha" para endeudarse. Un claro ejemplo de la flexibilidad que otorgan las leyes es Nuevo León, apuntó.
Este es uno de los estados que más débil tiene el tema de la deuda en sus leyes, ya que lo concerniente a este punto se ubica en una Ley de corte económico-administrativo donde se vinculan temas más, dejando grandes niveles de discrecionalidad al gobernador.