Un tren de carga en el que viajaban 500 indocumentados procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador, descarriló en el municipio de Arriaga, en la colonia San Ramón, cerca de los límites con Oaxaca, 120 kilómetros al Suroeste de Tuxtla Gutiérrez, sin que se reportaran víctimas, informó la Policía Municipal.
El carguero, integrado por 20 furgones con de maíz y cemento, habría partido en la madrugada del jueves pasado de Arriaga, Chiapas, con destino a Ixtepec, Oaxaca, y cuando se acercaba a territorio oaxaqueño las vías se abrieron, lo que provocó el accidente, según reportes de la Policía.
Todos los furgones se volcaron y con ellos los poco más de 500 migrantes extranjeros que se encontraban a bordo. El informe indicó que la mayoría de los migrantes procedía de Honduras, Guatemala y El Salvador, muchos de los cuales alcanzaron a brincar y otros fueron arrastrados por los vagones, resultando 37 con lesiones.
Según el encargado de verificar las vías férreas, Fernando Ruiz Toalá, dijo que después de que pasaron las locomotoras números 107 y 506 que arrastraban los 20 furgones, las vías no soportaron el peso y se abrieron, descarrilando el convoy.
Tras el accidente se presentó un fiscal del Ministerio Público y efectivos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del estado, así como de la Policía Municipal para resguardar la zona.
Las autoridades indicaron que se desconoce el grado de lesiones que sufrieron los migrantes, ya que inmediatamente después del descarrilamiento se alejaron del lugar amparados por la oscuridad.
El accidente se produjo a unos 25 kilómetros de la población de Chahuites, Oaxaca, y a un centenar de kilómetros de Ixtepec, donde los migrantes toman otro ferrocarril que los lleva a Medias Aguas, Veracruz, en su ruta por territorio mexicano hasta la frontera con Estados Unidos.
En Ixtepec, el sacerdote Alejandro Solalinde, fundador del albergue para migrantes Hermanos del Camino, aseguró que los ilegales llegaron sanos y salvos. "Algunos caminaron, otros tomaron vehículos y la mayoría esperó que se restableciera el paso ferroviario y llegaron ayer (viernes)".
El sacerdote confirmó que no hubo lesionados y que los migrantes recibieron la asistencia de la Fiscalía para la Atención de los Migrantes de Chiapas para evitar que fueran víctimas de asaltos o secuestros.
Solalinde Guerra, integrante de la Pastoral de Movilidad Humana en el Pacífico Sur de la Iglesia Católica, aseguró que en el lugar del accidente, entre Arriaga, Chiapas, y Chahuites, Oaxaca, los migrantes son víctimas de asaltos y homicidios.
El sacerdote también informó que en el tren descarrilado viajaban tres investigadores italianos, cuya identidad no detalló, que realizaban un estudio sobre migración. "Ellos salieron del tren ilesos, después se pusieron a filmar cómo quedó la máquina y regresaron al albergue. Gracias a Dios no pasó a mayores", consideró.
El responsable del albergue dijo que la mayoría de los centroamericanos que viajaban en el tren descarrilado "siguió su viaje en la mañana del viernes" y sólo quedaron unos 70 en Ixtepec.
La estación ferroviaria de Arriaga, a 230 kilómetros de la frontera con Guatemala, representa para los migrantes extranjeros la primera etapa de su viaje hacia el Norte y el inicio de una riesgosa aventura a bordo del tren carguero que primero los lleva a Ixtepec, luego a Medias Aguas, y después por Tamaulipas, en una ruta en la que sufren maltratos, asaltos, secuestros, violaciones y hasta la muerte.
Para Solalinde Guerra, el secuestro de migrantes que viajan en los ferrocarriles se da en Medias Aguas, el Túnel 32 de Orizaba, en Coatzacoalcos y Tierra Blanca, de Veracruz; así como Tabasco y Tamaulipas.
