La sorpresiva protesta efectuada hoy por policías en Quito se extendió a las principales ciudades del país, incluida la portuaria Guayaquil, donde la policía ha dejado de patrullar las calles.
Las clases han sido suspendidas en todo el país y los comercios están cerrando, mientras el gobierno acaba de decretar el estado de excepción en todo el territorio nacional por una semana.
En Guayaquil (oeste), considerada el bastión de la oposición a Correa, que precisamente nación allí, los policías cerraron el puente de "La unidad nacional", considerado clave, por el masivo ingreso y salida de vehículos.
En la ciudad se han registrado numerosos robos a transeúntes porque la policía ha dejado de realizar sus funciones, según constató un periodista de Efe.
Según un ciudadano, Guayaquil "está hecho un caos, porque no hay por donde ir, en todos los lugares hay congestión" de vehículos.
En la andina de Cuenca, en el sur del país, una caravana de patrulleros y motocicletas policiales transitó por sus principales calles y quemó neumáticos.
El alcalde de la ciudad, Víctor Granda, en una rueda de prensa, hizo un llamamiento a los policías para que depongan la medida de presión y defiendan "la democracia".
"Hay tensión entre la gente", dijo a Efe un ciudadano, quien relató que, por la ausencia de los policías, se produjo un asalto en un autobús de pasajeros.
En Loja, también en el sur, entre 100 y 150 policías se congregaron frente al Comando Provincial Número 7 e incendiaron unas cinco llantas.
"Pueblo uniformado, también es explotado", coreaban los manifestantes, algunos de los cuales iban con el uniforme de la policía.
"Un policía trabaja 24 horas al día, sábados y domingos. Hay que reconocer su sacrificio y su trabajo", dijo a Efe Héctor Tandazo, un agente jubilado de 55 años.
"Quieren quitarnos ciertos derechos, por eso nos manifestamos", añadió. Tanzano pertenece a la Asociación 17 de Enero, que agrupa a policías jubilados y que fue uno de los organizadores de la manifestación.
Las protestas comenzaron de improviso en la mañana en el cuartel donde funciona el Regimiento Quito, en un barrio de la capital, donde los agentes exigieron que se anulen unas enmiendas a la Ley de servicio público que consideran lesivas a sus derechos.
En medio de la protesta, el presidente del país, Rafael Correa, arribó al sitio y desde una ventana arengó a los agentes para que no se dejaran engañar por grupos de la oposición de derechas, que intentan, según él, desestabilizar a su administración.
También dijo que su Gobierno ha sido el que más ha trabajado en favor de la Policía. Ya finalizada su alocución, se produjo un incidente y resultaron golpeados miembros de las escolta presidencial, según reveló el propio Correa.
Los manifestantes bloquearon calles y encendieron neumáticos, lo que generó un caos en el tráfico.
El movimiento oficialista Alianza País, que lidera el presidente Correa, convocó a cientos de simpatizantes en la céntrica Plaza de la Independencia, en frente del Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno, para respaldar al régimen.
En el lugar no se presentó el habitual resguardo policial.