General. El mal aspecto es generalizado; es difícil encontrar un espacio con los cuidados adecuados.
Las lluvias y el descuido de los responsables de mantener el Panteón de Oriente en buenas condiciones se ocuparon de darle al camposanto su peor aspecto en mucho tiempo.
Prácticamente todos sus rincones se muestran con hierba crecida; en las zonas más antiguas, incluso, las tumbas prácticamente desaparecieron de la vista de quienes lo visitan, que se quejan también de un incremento de la fauna nociva.
Además, los restos de algunos trabajos de construcción también se pueden apreciar: hay escombros por todos lados. En el lugar no se observan trabajos con los que se busque mejorar el aspecto.