
Nacida de unos anuncios publicitarios durante el 'Superbowl', hace ya seis años, la Liga de Futbol de Lencería (LFL, en inglés) se dispone a jugar su séptima final, en el descanso del partido entre Indianápolis y Nueva Orleans. Los partidos de la LFL se disputan en una cancha de 50 yardas (45 metros) sin postes para goles de campo, y en donde 14 jugadoras, siete por equipo, se baten a muerte por las anotaciones que les dan la victoria final. Lo singular del caso es que las atletas, que utilizan cascos, hombreras, protectores de dientes y rodilleras, como en la liga profesional de hombres, compiten uniformadas en lencería, con coquetos encajes, cintas y hasta se adornan con una liga.