Con su detención anoche, Gregorio Sánchez Martínez unió su nombre al de la ya tristemente célebre lista de alcaldes del balneario más importante de México, que se han visto involucrados en imputaciones que los han llevado a presidio.
Sánchez Martínez, trasladado momentáneamente a la Ciudad de México en espera de ser remitido a un penal de Nayarit donde es requerido por un juez, está acusado por la presunta comisión de delitos del fuero federal.
Entre ellos, contra la salud en su modalidad de fomento y empleo de recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero).
Su sino actual retrata una realidad común en los alcaldes de este joven municipio, cuyos múltiples intereses han seducido a estos servidores públicos para llevarlos por un tobogán que ha tenido como destino final procesos penales en su contra.
En esa fotografía que se ha repetido constantemente desde la década de los 90, además de Sánchez Martínez hay otros tres alcaldes que fueron objeto de procesos, ya sea por mal manejo de recursos o vínculos con el crimen organizado y narcotráfico, como se presume ocurrió ahora con el candidato a la gubernatura por tres partidos.
El primero en esa lista fue el edil interino Arturo Contreras Castillo, quien en 1993, luego de relevar en la alcaldía de Benito Juárez (Cancún) a Mario Villanueva Madrid, fue imputado por presunto peculado en contra de este municipio.
En septiembre y octubre de ese año, autoridades estatales y judiciales procedieron al embargo de bienes del entonces ex alcalde, que dañó al erario con varios cientos de miles de pesos, así como a dictarle un auto de formal prisión.
Nunca se confirmó, pero el colectivo político entendió ese proceso judicial como una revancha del para entonces gobernador Mario Villanueva, a quien Contreras Castillo habría osado disputar la candidatura del PRI a la titularidad del Ejecutivo estatal.
Precisamente Villanueva Madrid fue el segundo alcalde en esta lista, al ser aprehendido en mayo de 2001 por sus nexos con el crimen organizado al que, según acusaciones en su contra, permitió operar desde Quintana Roo durante su gubernatura, de 1993 a 1999.
Villanueva Madrid, por cierto, fue trasladado en días pasados a Estados Unidos en calidad de extraditado para que responda en esa nación a las imputaciones que por esos mismos delitos le formulan autoridades de ese país.
El 'Chueco', como es conocido, es originario de Chetumal, pero gobernó en Cancún por dos años, a partir de 1990, luego de haber sido presidente estatal del PRI y diputado local.
Completa el cuadro el controvertido y singular médico veterinario, Juan Ignacio García Zalvidea, quien como Gregorio Sánchez, buscó la gubernatura, en 2005 abanderado por el PRD, la cual perdió ante el actual mandatario Félix González Canto.
'Chacho', como fue identificado este edil conocido por su 'trapecismo político', pues perteneció virtualmente a todos los partidos posibles y fue del PAN al PRD, con escalas en el PVEM, fue detenido en dos ocasiones.
La primera en 2004, luego de que el Congreso disolvió el Cabildo de Benito Juárez y la Policía Municipal lo encarceló, aunque instancias federales lo devolvieron al cargo al que renunció poco después para ir por la gubernatura de su estado adoptivo.
Perteneciente a una familia acaudalada del ramo turístico de Cancún, García Zalvidea fue posteriormente objeto de un proceso por un millonario peculado denunciado por su sucesor en ese cargo, el priista y actual procurador de Justicia, Francisco Alor Quezada.
El 'Chacho' permaneció, tras su detención, varios meses en el penal municipal de Cancún, en una celda que compartía con otros reos y en la que tenía una imagen de la Virgen de Guadalupe y equipo electrónico para su entretenimiento.
Finalmente, salió del penal en 2006, tras el pago de una caución que resarció el daño al municipio de Benito Juárez, que amaneció este día sacudido por un nuevo escándalo de su máxima autoridad.