Segunda parte
Sebastián Camacho fue uno de los personajes claves en esta época de cambios llenos de oportunidades Foto del Ferrocarril Central en Querétaro, aproximadamente en 1890. Librería del Congreso de Estados Unidos Dos Siglos deHistoria...
EN EL SIGLO DE TORREÓN Camacho se pronunció por mantener lejos a los inversionistas americanos, sin embargo cambió de opinión Coordinación de la serie:
Yeye Romo Zozaya Para la década de 1880, México experimentó cambiosmuy importantes en todos sus ámbitos. La vida comenzó a desarrollarse amayor velocidad, la forma de transportar y trasladar mercaderías se modificó. Los viajes que tomaban meses cambiaron a días, los caminos reales poco a poco pasarían al desuso, las producciones locales de materias primas, agrícolas y ganaderas lograron llegar a mercados más lejanos y la integración de maquinaria y elementos extranjeros ayudaron a la mecanización y desarrollo desde la agricultura, minería, industria, etcétera.
La economía extranjera predominante era la europea y el mercado americano en plena expansión comenzó a integrarse en esta nueva etapa de crecimiento del país. Sebastián Camacho fue uno de los personajes claves en esta época de cambios llenos de oportunidades, su participación intensa en los altos círculos sociales, políticos, industriales y comerciales le permitieron estar presente y beneficiarse de los negocios más importantes. En la década de 1870 el crecimiento del país se comenzaba a planear trazando las nuevas rutas que unirían a las principales ciudades del país utilizando el ferrocarril; las concesiones otorgadas a los empresarios nacionales no funcionó y la inminente entrada de los grandes empresarios americanos fue modificando la ideología vigente a esas fechas de evitar la entrada de capitales americanos. Sebastián Camacho fue muy criticado en este aspecto, él al ser propietario de la concesión ferroviaria que con el tiempo se convertiría en la línea más importante de México, públicamente defendió la soberanía del país en sus discursos, siempre promulgando a mantenerlas lejos de los inversionistas americanos pero sin embargo cambió de opinión.
En mayo de 1879 se dio a conocer el descubrimiento de un gran yacimiento de plata en un lugar remoto llamado Sierra Mojada en Coahuila, un lugar difícil de llegar, prácticamente en el olvido, sin embargo los estados de Durango y Coahuila discutieron su ubicación y a qué estado pertenecía, teniendo que entrar la Secretaría de Fomento y algunas instancias de la federación como mediadores, la noticia de la enorme riqueza de esta mina cruzó por todo México, llegando a los Estados Unidos, y en meses el ofrecimiento de compañías explotadoras y de mineros no se hizo esperar, en un año se llegó a contabilizar poco más de 3, 000 gentes explorando.
En octubre de este año, a los pocos meses, curiosamente en la Ciudad de México, se anuncia la formación de la “Compañía Minera de Sierra Mojada” teniendo como presidente a Benigno Arriaga y de vicepresidente a Sebastián Camacho, que igualmente plantearon la idea de formar un banco minero, la posición de Camacho y el apoyo que tenía del Gobierno lo hicieron estar presente en los grandes negocios.
Este año dentro de la exaltación minera se dio la ferrocarrilera, que por varios años irían muy relacionados, Sebastián Camacho poseía la concesión que uniría a Paso del Norte (Ciudad Juárez) con la Ciudad de México y el Gobierno de México, con Porfirio Díaz al mando, lanzó la convocatoria para que varias empresas americanas contendieran por ésta, sin embargo Sebastián Camacho cabildeó por uno de los postores y con la ayuda en la designación del presidente Díaz, sin pasar por aprobación alguna de senadores o diputados, se le otorgó a la compañía Topeka Atchinson, quienes iniciaron al poco tiempo actividades en México, fundando la Compañía Limitada del Ferrocarril Central Mexicano teniendo como su representante en México al mismo Sebastián Camacho.
La columna vertebral de la economía y del desarrollo del país se comenzó a construir, continuaron las licitaciones de otras líneas ferrocarrileras a lo largo de esta década y Camacho logró ser representante de otras más.
El Ferrocarril Central tardó casi cuatro años en unir sus vías entre Paso del Norte y la Ciudad de México y en estos años Sebastián Camacho continuó aprovechando las oportunidades que se presentaron a un grupo muy exclusivo de allegados al presidente Díaz.
En la Ciudad de México en 1880 comenzó el entubado del agua potable y parte del financiamiento se dio con el préstamo de capitales al ayuntamiento por parte de un grupo pudiente, siendo uno de ellos el mismo Camacho y otro muy particular que en pocos años tendría que ver con la Comarca Lagunera, la casa Agustín Gutheil y Compañía. La participación de esta compañía y de sus socios en los círculos sociales, comerciales y empresariales del gobierno de Porfirio Díaz fue muy estrecha en esta década, Agustín Gutheil, Gustavo Sommer, Teodoro Rapp y Teodoro Larsenn participaron en negocios comunes a Sebastián Camacho.
La llegada a México de afianzadoras y aseguradoras involucraron a este grupo selecto de porfiristas. La afianzadora Americana La Equitativa inició operaciones en México y como presidente de esta compañía en nuestro país lo fue Porfirio Díaz y como integrantes a Larsenn y Sommer de Gutheil y compañía que participó como banco.
En 1881 Sebastián Camacho retoma la idea que desde su padre se había formulado, el tratar de evitar las grandes inundaciones que se daban en la Ciudad de México haciendo un gran canal de desagüe y en esta nueva aventura la firma Rapp Sommer entra al proyecto, financiando e importando las bombas necesarias para una parte de este desarrollo, Rapp Sommer proveedor por años del Ayuntamiento de la Ciudad de México, suministrándole desde focos para alumbrado público, equipos para bomberos, carros para policía, entre otros. En la cuestión agrícola fue de los principales importadores de maquinaria para el campo en el país además de ser prestamista a muchos agricultores.
En 1882 nace el Banco Nacional de México y aquí entra como consejero el mismo Sebastián Camacho participando ahora en la rama financiera, un año después se funda Banco Hipotecario Mexicano y forman parte del consejo Gustavo Sommer y Sebastián Camacho.
En esta década se consolidaron o multiplicaron cuantiosas fortunas, el ferrocarril continuaría en su rápida expansión por los siguientes veinte años, donde un crecimiento desmedido y desproporcionado comenzaría a crear descontentos por todo el país.
