Familiares, amigos y amiguitos de Carlos Miranda, el niño de 12 años que murió junto con su madre y hermana en el enfrentamiento a balazos en la costera miguel aleman fueron sepultados en el cementerio Gayoso Valle de la Luz en este puerto. (El Universal)
Rodeados de decenas de familiares y amigos, la señora Laura Montserrat y sus hijos Carlos y Montserrat, asesinados en el fuego cruzado del enfrentamiento registrado el miércoles pasado entre policías federales y presuntos sicarios, ocurrido en plena costera Miguel Alemán, fueron despedidos este viernes en una emotiva ceremonia en el Panteón Valle de la Luz.
Con decenas de globos y flores blancas los despidieron los alumnos del colegio Simón Bolivar, donde estudiaban los menores, mientras padres de familia, maestros y autoridades escolares calificaron de “lamentable que cada vez más gente inocente muera en la guerra que la delincuencia organizada libra en todo el país”.
Desde la partida de la funeraria Gayosso, los tres ataúdes —uno de color blanco y dos pequeños de color gris— el ambiente fue de tristeza. A la salida del sitio donde fueron velados, las escenas eran de pesar, dolor y llanto entre los asistentes a la ceremonia luctuosa.
El esposo y padre de las víctimas, Antelmo Miranda, encabezó el cortejo que tras hacer una parada de despedida en el domicilio de la familia, se dirigió al Panteón Valle de la Luz, ubicado en la zona suburbana de Acapulco.
Camionetas cargadas de coronas de flores entre ellas rosas blancas y globos metálicos en forma de estrellas de color rosa y blanca fueron transportadas al panteón.
En la entrada, con rosas rojas y blancas cientos de compañeros del Colegio Simón Bolívar de Acapulco esperaron pacientes –con sus caritas de tristeza y llenas de melancolía— para despedir a Montse, de 8 años, que iba en segundo año y Carlitos, de 12 años, quien iba en sexto año de primaria.
En el umbral de la capilla de la familia Miranda Delgado, el propietario de los Colegios Simón Bolívar, donde estudiaron el padre y ahora viudo, además de la madre y los dos pequeños muertos, gritó el último pase de lista. Todos, al unísono, contestaron al escuchar los nombres de los niños caídos por el fuero cruzado.
A un costado de los ataúdes de la señora Laura Montserrat Delgado Tullorol y sus hijos Carlos y Mireya Montserrat, ex alumna y alumnos del Colegio Simón Bolívar, el empresario hizo un llamado a la sociedad a no comportarse indiferente porque el valor de la solidaridad debe prevalecer aunque no dolor propio.
“Aunque desgraciadamente es un evento más de dolor, tristeza, angustia y pánico ojalá que no nos acostumbremos a eso y pararlo”.
Un integrante de la familia agradeció el apoyo de los amigos por acompañarlos en su dolor el cual esperaban remediar pronto y despidió a Laura Montserrat Delgado como una buena madre y mujer, a Carlitos como un campeón y a Mireya como una princesa.
El colofón de la ceremonia fúnebre lo hicieron los compañeros de Montserrat y Carlos, quienes fueron depositando de manera personal las flores que les llevaban.
Decenas de globos metálicos blancos y rosas fueron soltados en señal de despedida y lanzaron una porra para Carlitos y monserrat.
La capilla de la familia Miranda Abarca, ubicada en la entrada del panteón se coloco la banda de música grupera “Consentida Bahía Acapulco” que entonó las canciones “Mi gusto es”, “Amor Eterno”, “Disculpe usted” y “Cuando yo me muera”.
El enfrentamiento del pasado miércoles dejó un total de seis personas muertas; las otras tres víctimas mortales fueron identificados como Mario García del Ángel, policía federal; José Adalid Cisneros García, taxista, y Fernando Galeana Mendoza, abogado quien, según la Secretaría de Seguridad Pública federal, era perseguido por los sicarios que ocasionaron la balacera.