En turno. José Luis Rodríguez Zapatero y el titular de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, desistió en su intención de lograr un cambio en la política de la Unión Europea hacia Cuba, en su presidencia en turno de la UE que comenzó a ejercer el viernes.
Pese a que en los últimos meses su canciller, Miguel Ángel Moratinos, había anunciado que España buscaría un acercamiento en las relaciones de los 27 hacia el régimen de Raúl Castro, el mandatario reconoció que el tema, "aunque para España es importante, para el conjunto de la UE no es una prioridad".
Por ello, Zapatero aseguró que no se había abordado en la primera reunión de trabajo mantenida con el presidente permanente de la UE, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
"Tenemos que ser exigentes con Cuba, pero siempre tener una puerta para el diálogo, pensando en los cubanos y en el futuro de Cuba", dijo durante la rueda de prensa conjunta con los tres políticos.
El mandatario recordó que "la política europea hacia Cuba hasta ahora ha sido una política en la que hay una clarísima influencia española", pero subrayó que habiendo otros retos "como el cambio climático o las cumbres con Estados Unidos y Rusia, el tema no será una prioridad".
Este cambio de opinión se dio, además de por las presiones de países como Alemania, reticente a modificar esa posición común, por la expulsión el pasado lunes de la isla del eurodiputado socialista Luis Yáñez, por su oposición a la política de Castro y por sus relaciones con la disidencia.
La posición común que los países de la UE mantienen con Cuba data desde 1996 y fue una iniciativa del ex presidente español, el conservador José María Aznar.
