Daños. Turistas y locales fotografían un centro comercial incendiado por los 'Camisas Rojas' en la zona de Ratchaprasong, en el Centro de Bangkok, Tailandia.
El primer ministro de Tailandia dijo ayer que no se contemplarán nuevas elecciones hasta que la violencia y las protestas de parte de manifestantes antigubernamentales cesen completamente, luego de dos meses de disturbios que dejaron al menos 85 muertos.
Las declaraciones de Abhisit Vejjajiva indicaron que continuará manteniendo una actitud intransigente ante los "Camisas Rojas" y no anunciará elecciones inmediatas para limar asperezas, como esperaban algunos. Bajo las leyes tailandesas, Abhisit no está obligado a realizar elecciones sino hasta diciembre de 2011.
"Ahora me corresponde solamente a mí decidir cuándo es el momento más apropiado para celebrar elecciones", dijo Abhisit.
"Por el momento, nadie puede decir cuál es el mejor tiempo. No sabemos lo que va a pasar. Hay algunas personas que siguen hablando de continuar su pelea y realizar una protesta en junio. Vamos a tener que ver qué sucede" antes de pensar en elecciones, dijo.
A pesar de la agitación social y política, hay señales crecientes de que los residentes de Bangkok intentan volver a las rutinas normales. Miles de residentes se movilizaron ayer en cuadrillas de limpieza para despejar las calles de montañas de basura y escombros que dejaron las protestas y la violencia.
La capital tailandesa vivió su peor violencia en décadas durante la ocupación del Centro de Bangkok por los Camisetas Rojas, culminando con la operación militar que desató una ola de destrucción por parte de manifestantes que lanzaron granadas e incendiaron varios edificios importantes, incluyendo la bolsa y el mayor centro comercial del país.
Al menos 16 personas murieron en la ofensiva final el miércoles y más de 100 resultaron heridas. Otras 69 murieron y más de 1,300 fueron heridas en choques previos. La mayoría de los muertos fue de manifestantes baleados por soldados.
