El paro del transporte colectivo en El Salvador continuó hoy por segundo día consecutivo, debido a amenazas de ataques de pandillas y pese a que los militares y policías incrementaron sus dispositivos de seguridad en todo el país.
Miles de salvadoreños debieron caminar este miércoles desde tempranas horas para llegar hasta sus trabajos, mientras otros han utilizado las unidades que ha puesto la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército para trasladar a las personas.
Los pocos autobuses que brindan el servicio público en esta capital y en otras ciudades del país son custodiados por militares para dar seguridad a los pasajeros y a los choferes que han recibido amenazas, atribuidas a las pandillas.
Sin embargo, la falta de transporte en la zona oriental del país es total, según confirmaron en las terminales de autobuses.
El ministro de Justicia y Seguridad, Manuel Melgar, dijo que este día fueron desplegados tres mil 500 soldados de la Fuerza Armada para dar seguridad en las terminales y paradas de buses, así como a negocios que han sido amenazados si abren al público.
Los centros escolares públicos y privados, así como las universidades y varios centros de trabajo han cerrado sus puertas y aunque algunos de estos sitios abrieron, la gente no podido llegar por falta de transporte.
Las autoridades pidieron a la población mantener la calma y no dejarse atemorizar por estos hechos de desestabilización, detrás de los cuales estarían tanto grupos de pandillas como el narcotráfico.
Melgar indicó el martes que se trata de una guerra psicológica montada para desestabilizar al país.
Las supuestas pandillas lanzaron desde la noche del lunes panfletos en que advertían al sector transporte paralizar las actividades, lo mismo que a negocios, o de lo contrario se atendrían a las consecuencias.
La población ha manifestado su opinión en programas de radio y televisión y coinciden en señalar que se trata de una situación montada para desestabilizar al actual gobierno por el trabajo que realiza en el combate al crimen en todas sus dimensiones.
Las amenazas de supuestos pandilleros se dan luego que el Congreso aprobó una Ley que criminaliza a estos grupos y los de exterminio, y a quienes los financien y a menos de una semana que la policía dio un duro golpe al narcotráfico al incautar 10.2 millones de dólares ocultos en dos barriles.
El martes, supuestos mareros quemaron dos unidades del transporte, hostigaron con una granada un puesto policial, entre otras acciones desestabilizadoras.
Los empresarios pidieron mayor seguridad a las autoridades y expresaron su preocupación por las millonarias pérdidas que esto provocará por el cierre de comercios, ya que el martes los que abrieron cerraron muy temprano por temor.
