Las fosas de rampas lucen llenas de basura, charcas de agua y graffiti, muestra del total abandono de que han sido objeto por parte de la actual administración.
Joel Flores Maltos
La ciudad de Torreón se ha caracterizado a lo largo de más de diez décadas por el gran esfuerzo de sus habitantes, que generación tras generación han dedicado su vida a posicionarla entre las más importantes del norte de México, ello gracias a la visión que muchos de sus ciudadanos han tenido.
La construcción de grandes obras que significan una mayor comodidad y funcionalidad para su gente ha permitido experimentar grandes avances, que al paso del tiempo ha permitido contar con lugares dignos para el desarrollo de sus actividades, ya sean de trabajo o esparcimiento.
Hace algunos años, un grupo de jóvenes laguneros que gustan de los deportes extremos solicitaron al ex alcalde de Torreón, José Ángel Pérez, poder contar con un espacio digno para la práctica de este tipo de actividades, mismas que realizaban en algunos espacios como la Alameda Zaragoza, Deportiva Nazario Ortiz Garza o simplemente en la calle, con los riesgos que ello significaba para su integridad física, sin dejar de lado las molestias y el riegos para otros ciudadanos.
Tras años de trabajo en que se buscaron opciones para hacer realidad este proyecto propuesto por los jóvenes laguneros y de buscar los recursos, se puso en marcha la obra de construcción del Skate Park en los terrenos de la Unidad Deportiva Aeropuerto.
TRECE MILLONES A LA BASURA
A escasos nueve meses de ser inaugurado, el Skate Park es un monumento al descuido y el desinterés de la autoridad torreonense, la cual ha olvidado hacerse cargo de los espacios deportivos y recreativos existentes en el lugar.
Con una inversión de alrededor de trece millones de pesos, que no permitieron terminar al cien por ciento la obra, el citado parque fue inaugurado por la anterior administración municipal el 11 de septiembre de 2009.
Poco antes de terminar la administración anterior, este escenario, en conjunto con el de Gómez Palacio, fue sede de un certamen nacional en el que se dieron cita elementos de una importante cantidad de ciudades.
Pese a que había quedado inconclusa la construcción de este parque, existía la confianza en que la actual administración torreonense podría terminar la obra, situación que no ha ocurrido, incluso, hoy en día este parque se encuentra en el más completo abandono, al no contar por lo menos con una persona para la mínima labor de mantenimiento o vigilancia, lo que ha ocasionado su deterioro y destrucción casi total en algunas de sus áreas.
DESTRUCCIÓN Y VANDALISMO
En un recorrido efectuado a este escenario, se pudo constatar el grado de abandono que presenta en sus instalaciones y desde el mismo arribo al lugar, el visitante percibe las huellas que el vandalismo ha dejado en el sitio: graffiti en la fachada y el área destinada originalmente a la oficina y venta de alimentos, las cuales nunca entraron en funciones.
Ahí mismo se puede observar que ambos sitios fueron totalmente desmantelados, al ser robadas puertas y ventanas, así como la destrucción de instalaciones de aire acondicionado, cables del sistema eléctrico, agua, etcétera.
En la parte posterior de estos sitios, los módulos sanitarios que lucían a todo lujo en su inauguración, han quedado reducidos a escombros, al ser destruidos en su totalidad, mientras que en el sitio donde se ubica la cisterna, simplemente está abandonado, sin bomba, ni tuberías y hasta el tanque de almacenamiento muestra severos daños, causados seguramente por piedras.
En la parte central del parque, donde se ubican las fosas en que se construyeron las rampas para los ciclistas y patinadores extremos, las muestras del graffiti prácticamente han tapizado la superficie y junto con ello se puede apreciar la basura y charcas de agua provocadas por las lluvias.
Frente a las fosas, las gradas sucias por el polvo, basura y las pintas, son el común denominador, al igual que las bardas. Los andadores del parque, que se han convertido en trampas peligrosas ante el robo de la totalidad de las tapas de registros de drenaje y sistema eléctrico, las cuales son destruidas para obtener y vender el acero de sus estructuras. Como prueba de ello sólo quedan pequeños montones de concreto demolido.
El recorrido lleva también al área conocida como "La Pirámide'', sitio que además de estar destinada al descanso de los visitantes, cuenta con estructuras para el patinaje, donde las muestras de abandono saltan a la vista y la basura, el graffiti y restos de botellas de cerveza, son los elementos que dominan el panorama.
Por si fuera poco, el lugar carece desde hace meses de alumbrado, debido al robo del cableado eléctrico y al daño que se ha generado en las lámparas; no se dispone de agua para las áreas verdes ante el robo diversos componentes del sistema de riego, todo ello provocado por la nula vigilancia y la falta de personal que dé mantenimiento a las instalaciones.
Ante este panorama desolador, y sin que autoridad alguna levante la voz para tomar la responsabilidad que le corresponde, el parque de deportes extremos parece estar destinado a su desaparición.
DEPORTISTAS SE AFERRAN
Pese a este abandono, hay quienes se resisten a dejar morir este millonario parque y a diario acuden con la intención de realizar sus rutinas de activación física y sesiones de yoga.
Su esfuerzo y deseos de reactivar el lugar para actividades sanas los ha llevado de pronto a limpiar algunas áreas para hacer ejercicio bajo techo, sin embargo, su esfuerzo es borrado en pocas horas, ya que apenas se limpia un área, a las pocas horas aparece nuevamente sucia, lo que hace inútil su esfuerzo.
Estos deportistas, quienes omitieron sus nombres, solicitaron a la autoridad torreonense tome cartas en el asunto, al considerar injusto que una inversión de tantos millones de pesos, que prometía ser un espacio para fomentar la salud y convivencia, esté convertido en ruinas por la indolencia de los actuales funcionarios municipales que ningún interés han demostrado por mantener limpios y funcionales este tipo de escenarios.
Calificaron de absurdo que en poco más de nueve meses, alrededor de 13 millones de pesos se hayan echado a la basura y que las familias se vean privados de disfrutar del lugar, sólo por el descuido en que ha incurrido la actual administración.
